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R. C.Granada
Domingo, 14 de diciembre 2025, 00:24
... y no pudimos. A los quince minutos la quitamos. Llevábamos un rato recolocándonos en el sofá, incómodos en mitad del desierto, angustiados por esa música que se inyectaba por la piel sin permiso. Fue tan fuerte el agobio que los dos coincidimos: mejor otro día.El miércoles me quedé solo delante del televisor y, todavía no sé por qué, la puse de nuevo. Y la vi entera. Sí, es una película excelente: el guion, el montaje, los personajes, el viaje, hasta ese final abierto me pareció de un talento considerable. Pero la odio. Odio 'Sirat'. Odio la película porque me hizo daño. La caravana. Me dejó sin aire. No me quito la caravana de la cabeza. Cierro los ojos y veo la maldita caravana. Maldita sea la caravana. 'Sirat' es la mejor película que jamás le recomendaría a nadie, igual que no recomendaría saltar por un acantilado por muy bonita que sean las vistas.
Al terminar estaba desolado. Me afectó tanto que tenía hasta remordimientos, como si fuera mi culpa la jodida caravana. Desbloqueé el móvil para ver otra cosa, lo que fuera. Y lo primero que salió fue un vídeo de Robe. Robe había muerto ese mismo día y ya no estaba. Pero sus compañeros habían subido a su cuenta de Youtube una edición de 'El hombre pájaro' tan arrebatadora, tan hermosa, tan mágica, que me hicieron llorar. Lloré por Robe, por los reflejos ausentes y por las cosas bonitas. Y por la puta caravana.
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