Thursday, 11 de December de 2025
Economía

Starlink, Amazon Leo o Iris2: la batalla por dominar Internet desde el espacio

Starlink, Amazon Leo o Iris2: la batalla por dominar Internet desde el espacio
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El enorme poder que ha adquirido el magnate Elon Musk en el espacio, especialmente en la órbita LEO, ha puesto en alerta a otras compañías y gobiernos que buscan hacerse un hueco en este nuevo mercado de las comunicaciones. Leer
InnovaciónStarlink, Amazon Leo o Iris2: la batalla por dominar Internet desde el espacio 11 DIC. 2025 - 03:06Satélites Starlink.EXPANSION

El enorme poder que ha adquirido el magnate Elon Musk en el espacio, especialmente en la órbita LEO, ha puesto en alerta a otras compañías y gobiernos que buscan hacerse un hueco en este nuevo mercado de las comunicaciones.

A unos 550 kilómetros de la Tierra, miles de satélites se mueven a una velocidad que supera los 27.000 kilómetros por hora. No son sondas científicas ni forman parte de viejos programas espaciales, sino la nueva infraestructura sobre la que se libra una de las batallas tecnológicas más estratégicas del momento: quién controlará la próxima generación de telecomunicaciones globales.

Estos pequeños satélites llamados LEO (órbita terrestre baja, por sus siglas en inglés) dan vueltas alrededor del globo terráqueo para ofrecer comunicaciones especialmente en lugares donde Internet aún no llega o llega con dificultades. Según la firma de investigación The Insight Partners, este mercado alcanzará en 2031 un valor de 23.820 millones de dólares a nivel mundial.

A diferencia de los grandes satélites geoestacionarios (GEO), situados a 36.000 kilómetros de altura, los LEO vuelan muy cerca de la superficie terrestre, entre los 500 y 1.200 kilómetros. Esta reducción de la distancia a la Tierra se traduce en una menor latencia (el tiempo que tardan las señales en viajar), lo que permite ofrecer conexiones de banda ancha casi tan rápidas como las terrestres. Pero al moverse a una velocidad tan rápida solo cubren pequeñas zonas durante minutos, lo que obliga a desplegar constelaciones gigantes: miles de satélites operando de forma coordinada para garantizar que siempre haya uno sobre cada punto del planeta.

En apenas cinco años, Starlink, la red de órbita baja impulsada por SpaceX, ha desplegado más de 8.000 satélites y domina con holgura un sector que antes avanzaba a ritmo de décadas.

Pero el corte de Elon Musk a la conexión de sus satélites de Ucrania en pleno conflicto y su creciente influencia estratégica han encendido las alarmas en gobiernos y corporaciones. Amazon ha cambiado el nombre de su proyecto de satélites de órbita baja en las últimas semanas, de Kuiper a Amazon LEO, tras años de discreción. China despliega su propia red estatal para no depender de tecnologías occidentales y Europa corre ahora para poner en marcha IRIS², su primera arquitectura satelital de nueva generación, diseñada para garantizar autonomía.

El espacio se está convirtiendo en un lugar donde se cruzan intereses comerciales, ambiciones geopolíticas y preocupaciones por la soberanía digital para dominar la infraestructura invisible que permitirá controlar la conectividad global durante las próximas décadas.

"Esta nueva batalla por dominar el Internet vía satelital es vital. Estas comunicaciones marcan el destino de una guerra porque los drones necesitan conexión al igual que los soldados cuando los servicios de radio tradicionales se anulan. Invertir en este tipo de comunicaciones es invertir en seguridad y defensa, es decir, en el futuro. Van a pasar muchas cosas en el espacio. Va a ser el como cuando surgieron las 'puntocom'", explica Jaume Sanpera, CEO de Sateliot.

La hegemonía de Musk

Desde su primer lanzamiento en 2019, la compañía de Elon Musk se ha convertido en el actor dominante del segmento LEO. En estos seis años, SpaceX ha lanzado más de 9.000 satélites Starlink, de los cuales alrededor de 8.700 permanecen operativos, ofreciendo cobertura en más de 150 mercados con velocidades de descarga de más de 150 Mbps y latencias de menos de 30ms en la mayoría de regiones. En España, la firma de Musk está disponible en prácticamente todo el territorio y ofrece sus servicios a un coste de 29 euros mensuales, sin coste por el equipo y la antena necesarios.

La ventaja de Starlink no es solo la cantidad de satélites, sino la velocidad de lanzamientos que permiten los cohetes Falcon 9 reutilizables (también pertenecientes a Musk) y la capacidad de conectar cada terminal automáticamente con el satélite óptimo en cada momento.

"Elon Musk ha abierto la puerta al espacio. Con el Falcon 9 se ha conseguido que lanzar un satélite cueste entre 10 y 20 veces menos que antes. Ahora lanzas satélites casi por kilos. Se ha simplificado todo", explica Jaume Sanpera, CEO de Sateliot.

Además, su infraestructura incluye enlaces láser entre satélites, lo que reduce la dependencia de estaciones terrestres y acorta la latencia en conexiones globales. También presumen de funcionar con inteligencia artificial, lo que les permite moverse en el espacio y desviarse solos en caso de posible colisión. Según la propia compañía, los satélites Starlink han ejecutado 144.404 maniobras de evasión entre diciembre y mayo, una cada dos minutos, para evitar colisiones en la órbita terrestre.

Sin embargo, su posición dominante también ha generado debates estratégicos y ha dejado claro lo peligroso que es dejar este segmento en manos de las decisiones privadas de su propietario, Elon Musk.

Una de las compañías que más posibilidades tienen frente al monopolio de Musk en el espacio es la también estadounidense Amazon. La firma de comercio electrónico ha decidido dar un impulso en las últimas semanas a su antiguo Proyecto Kuiper, ahora Amazon LEO, con el que planea desplegar más de 3.000 satélites de órbita baja. De momento, cuenta con 150 en órbita pero esta misma semana ha comunicado que se ponía en marcha la misión conjunta Leo-Arianespace, que incluye 18 lanzamientos con el cohete de nueva generación Ariane 6 del proveedor francés. La primera de estas misiones, denominada LE-01, añadirá 32 nuevos satélites a principios de año.

Europa

En marzo 2023 la Comisión Europea aprobó la propuesta legislativa para el desarrollo de IRIS² como parte del Programa Espacial Europeo. Este proyecto está diseñado como un sistema de conectividad espacial y multiórbita (LEO y MEO) para proveer servicios de comunicaciones seguras para los estados miembros y zonas geográficas de interés estratégico. Sus posibles casos de uso son dos: gubernamentales, para seguridad y defensa y conectar infraestructuras en situaciones de crisis, y para casos comerciales, dando conectividad satelital global.

Hispasat, junto a Eutelsat y SES forman el consorcio SpaceRISE, encargado de llevar adelante el proyecto IRIS² junto con numerosas empresas de espacio, telecomunicaciones y tecnología. El objetivo final es ofrecer una apuesta industrial masiva para generar empleo y liderazgo tecnológico europeo, asegurándose de que sus comunicaciones no dependan de proveedores privados extranjeros.

"Europa esta intentándolo, pero va mucho más lento y guiado por gobiernos y compañías de diferentes países con diferentes intereses. Fabricar los satélites no es rápido y las empresas que lo hacen en Europa se están consolidando. Se junta política, adquisiciones, burocracia... no se puede agilizar más. Hasta al menos 2029 no estarán en servicio", explica Álvaro Sánchez, consejero delegado de Integrasys.

Por su parte, China tiene en marcha tres megaconstelaciones con un total de 38.000 satélites. El objetivo es tener su propia red satelital para que las comunicaciones no dependan de infraestructuras extranjeras, ofrecer cobertura en zonas rurales y, sobre todo, mejorar su capacidad estratégica y de seguridad.

"China tiene una estrategia clara de dominar el espacio. Lanzan cada día mas rápido y con tecnología mas capaz. Invierten en inteligencia artificial y espacio, algo clave, pues el espacio es el cuarto dominio tras la tierra, el mar y aire. Es infraestructura crítica nacional. Las guerras se ganan por una superioridad y la superioridad de información, con una conexión total, te puede permitir ganar la guerra", añade Sánchez.

Directo al dispositivo

La siguiente fase en esta nueva carrera por liderar los satélites LEO pasa por conseguir que la conexión a Internet llegue directamente al dispositivo, sin antenas externas, terminales voluminosos o instalaciones. Gracias a ello, la red satelital permitirá mantener comunicaciones terrestres al igual que las que ofrecen actualmente los operadores móviles, pero añadiendo conexión en zonas donde las telecos no operan, como en alta mar, regiones polares, desiertos, zonas rurales dispersas o en conflicto, con infraestructuras destruidas o inestables.

Elon Musk ya ha comenzado a dar los primeros pasos hacia este sistema al que ha llamado D2C (Direct to Cell) con la compra el pasado mes de septiembre del espectro de telefonía móvil a EchoStar por 17.000 millones de dólares.

Esta adquisición es clave si Starlink quiere proporcionar servicios móviles directos a dispositivos, pues además de necesitar acuerdos con operadoras de telefonía móvil para obtener licencias de móvil terrestres, con la adquisición de espectro podrá ofrecer sus servicios de forma independiente.

"Más del 50% de la masa terrestre del mundo aún no está cubierta por los servicios terrestres. A medida que Starlink avanza en su constelación Direct to Cell de próxima generación, se compromete a trabajar con operadores de redes móviles a nivel mundial para brindar cobertura continua a la mayor cantidad posible de clientes, brindando tranquilidad cuando los clientes más la necesitan", explica la empresa de Musk.

Mientras algunos expertos consideran que es muy complicado que este tipo de comunicaciones satelitales sustituyan a las tradicionales, sobre todo porque los propios operadores tienen que dar las licencias del uso de las bandas terrestres, otros sí que insisten en que los teleoperadores deberían tenerles miedo. "Va a haber una disrupción en la industria de las telecos gigante. Primero se van a complementar, pero llegará un momento en el que incluso las puedan sustituir. Estas constelaciones funcionan muy bien", explica el CEO de Integrasys.

De hecho, Ucrania se ha convertido en el primer país en Europa en contar con el servicio Direct to Cell de Starlink para dar conectividad a móviles. Gracias a un acuerdo con la operadora Kyivstar, esta compañía ofrece a sus clientes con móviles 4G la posibilidad de usar tecnologías satelitales para recibir y enviar mensajes SMS en zonas inhóspitas o que no disponen de conexiones terrestres. En la siguiente fase, se habilitarán datos ligeros con capacidades de voz y vídeo.

"Estamos al inicio de una nueva era y controlar el espacio va a ser crucial, tanto por temas de conectividad como por la posibilidad de controlar el posicionamiento y observar la Tierra. Es un mercado muy goloso", añade Sánchez.

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Fuente original: Leer en Expansión
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