[Este artículo contiene SPOILERS de 'Stranger Thing' temporada 5, episodio 2]

“Can you hear the drums, Fernando?” Al fin redoblan los tambores de guerra en Hawkins y suenan, como no, a ABBA. El segundo episodio de la última temporada de Stranger Things da el pistoletazo de salida a la batalla final que llevamos años esperando. Se titula “La desaparición de Holly Wheeler”, un guiño claro episodio que abría toda la serie “La desaparición de Will Byers”, y esa no es la única referencia que esconde.

Parece que empiezan a encajar algunas piezas que la serie lleva años plantando. Vecna no da puntada sin hilo y este episodio no deja de plantear nuevos misterios: un muro que parece recién sacado de Invernalia aterriza en el Upside Down, un nuevo vecino que atiende al nombre del Sr. Qué tiene un plan especial y Will descubre que él también se suma al carro de los niños con poderes de Hawkins.

Demogorgon: 1, Sauvignon Blanc: 0

Llevamos cinco temporadas viéndola, pero desconocíamos hasta dónde llegaba su poder. Esa botella de sauvignon blanc a la que Karen Wheeler (Cara Buono) había pasado años aferrada no solo servía para hacerle más llevadera su anodina vida matrimonial. Con ella también se puede pelear contra un Demogorgon y salir, casi, victoriosa. La primera secuencia, además de ser la mejor del episodio -la escena de la bañera le quita la respiración a cualquiera -siembra varias de las claves para comprender lo que está por venir.

El Demogorgon rasga el velo que divide el Upside Down de la habitación de Holly y con él destruye también las últimas reservas de inocencia de Hawkins. La casa de los Wheeler, donde importaban más los desayunos de tortitas que cualquier monstruo, parecía el único lugar a salvo. Hasta ahora. El terror y casi hasta el slasher, dadas las toneladas de sangre derramada, han llegado para quedarse. Holly intenta refugiarse en sus padres, pero no hay salvación que valga.

El pobre Ted ni siquiera acierta a levantar el palo de golf antes de que le lancen por los aires y el baño de Karen pasa de ser un momento relajante al ritmo de ABBA a un infierno angustioso del que sale coronada como la primera mártir de esta temporada. La Karen suprema de entre todas las Karen apuñala al Demogorgon con su botella de vino, pero ni así consigue impedir que se lleven a Holly. Los Wheeler quedan moribundos, a punto de estrenar la necroporra de la serie, y demuestran un tema recurrente en el capítulo: los adultos necesitan más a los niños que al revés.

Cría cuervos y te salvarán del Apocalipsis

Hooper tampoco es capaz de proteger a Once (Millie Bobbie Brown) que, tras acudir al rescate de los Wheeler, acaba por adentrarse en el Upside Down con la intención de dar caza al Demogorgon y recuperar a Holly. Allí se encuentra a su padre adoptivo que se ha quedado encerrado y aunque intente regañarla por desobedecerle, al final acaba necesitando de su ayuda para curar una herida de bala. Mucho cuidado porque se nos vuelve a recordar la pérdida de la hija de Hooper. ¿Un augurio de cómo acabará su relación con Once?

En Hawkins, Will (Noah Schanapp) también tiene dudas de que las decisiones de Joyce (Winona Ryder) sean útiles para el grupo. Robin (Maya Hawke) le tiende una mano para escapar de la sobreprotección de su madre y averiguar cómo pueden ayudar sus visiones a salvar al resto de sus compañeros. De camino aprovechan para intercambiar confidencias como los únicos personajes queer de Hawkins. Definitivamente el apocalipsis es un momento muy complicado para salir del armario.

Mientras tanto los Wheeler se sobreponen a la desaparición de su hermana y al ataque de sus padres como mejor saben: embarcándose en una de sus investigaciones. Es Lucas (Calleb McLaughlin) quien les da la clave de que el rapto de Holly ha sucedido solo tres días antes que el aniversario de la primera desaparición de Will el 6 de noviembre. Mike (Finn WolfHard) lo conecta al instante con el libro que leía obsesivamente su hermana, Una arruga en el tiempo.

Bienvenido, Sr. Qué

Como si no hubiera hecho suficiente ya, Karen vuelve a salvar el día. Con la garganta desgarrada consigue comunicarse con sus hijos y decirles que el amigo invisible de Holly, el Sr. Qué, se llama Henry. Es decir Henry Kreel, el niño 001 del laboratorio, otro pseudónimo más para Vecna que, sin embargo, parece empeñado en repetir la misma estrategia que en su día siguió con Will. Aún desconocemos su paradero, pero empezamos a develar sus planes. Aquí la serie se topa con uno de sus posibles defectos: la repetición.

Dentro del puzzle gigantesco que es Stranger Things, y a pesar de la cantidad de monstruos y localizaciones distintas, la serie ha seguido siempre una fórmula muy clara en la estructura de sus cinco temporadas: el misterio inicial, la alineación de todos sus grupos, las incursiones en el Upside Down… Por eso cuando esta temporada se obceca tanto en recordar a la primera es inevitable preguntarse: ¿esto no lo he visto yo ya? ¿Se ha agotado la fórmula?

La nostalgia ha sido siempre uno de los reclamos de la serie, pero cuando esa nostalgia se centra en lo que ya les ha funcionado en otras temporadas podría convertirse también en uno de sus mayores enemigos. Quizá por eso, dentro de este complicadísimo equilibrio autorreferencial, los hermanos Duffer parecen empeñados en plagar esta última temporada con elementos insólitos hasta el momento. ¿Un ejemplo? El gigantesco muro que aparece de la noche a la mañana en el Upside Down.

De Invernalia directo a Hawkins

Cuando Hopper y Once topan con un muro descomunal en su búsqueda de Holly -aún desconocemos si se acaba de crear o ha estado siempre allí- es imposible no recordar el muro que separaba a Invernalia de los caminantes blancos en Juego de tronos. Esperamos que esta vez la gran batalla deje mucho menos que desear o por lo menos esté mejor iluminada. Detrás del muro del Upside Down, sin embargo, no se esconden llanuras de nieve y zombis, sino una acogedora y luminosa casa familiar.

Se intuye que el Sr. Qué, es decir Vecna, se esconde detrás del muro. Allí parece haber creado una dimensión paralela con la casa de su infancia donde quiere encerrar a Holly y a muchos más niños. Una de las últimas sorpresas del episodio llega con las visiones de Will: el pequeño de los Byers descubre que en realidad son intromisiones en la mirada del propio Vecna y su mente colmena. Gracias a este nuevo poder, Will revela que, además de Holly, también planea raptar al matón de su clase, Derek.

¿Qué le ha visto a un niño tan insoportable? ¿Para qué quiere raptar a tantos niños? ¿Qué hay en realidad detrás de ese muro? ¿Cómo va utilizar Will sus nuevos poderes? Y, sobre todo, ¿podrá Karen algún día volver a degustar su sauvignon blanc como antes? Seguimos el análisis en el siguiente episodio.