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La responsable del asesoramiento sobre arte y objetos de colección de Goldman Sachs Private Wealth Management da las claves para que los empresarios acierten.
Paul Allen no sólo pasará a la historia por haber fundado Microsoft junto a Bill Gates. El magnate demostró que un perfil tecnológico podía tener una gran sensibilidad artística y atesoró una colección de obras de arte que se subastó por más de 1.500 millones de dólares.
No todos los ejecutivos que llaman a la puerta de Monica Heslington, responsable del asesoramiento sobre arte y objetos de colección dentro de Goldman Sachs Private Wealth Management, son como Allen, pero el perfil del emprendedor que hace fortuna es común en su lista de clientes: "Son perfiles que siempre han querido coleccionar arte y cuando tienen los recursos económicos para llevarlo a cabo, me piden ayuda para comprender cómo funciona el mercado y qué riesgos existen. Son expertos en sus propias disciplinas, muy inteligentes, pero saben reconocer que el mundo del arte puede ser complicado".
La ejecutiva norteamericana, que visitó Madrid recientemente, reconoce que por su gabinete también pasan muchos estadounidenses que se han construido "una casa grandísima y no quieren tener las paredes vacías". Y, además, perfiles creativos que valoran mucho el arte. "Hay muy pocas personas que coleccionen sólo para invertir".
Monica Heslington es responsable del asesoramiento sobre arte y objetos de colección dentro de Goldman Sachs Private Wealth Management.Y con ellos, Heslington es clara: "Goldman Sachs no recomienda el arte como inversión . Una operación financiera necesita producir ingresos, pero el arte lo que te aporta es un dividendo emocional. Además, este segmento no es tan transparente como el de la compraventa de acciones; hay opacidad".
Para aportar luz está la directiva de Goldman Sachs, que lo primero que pregunta a sus clientes es qué les gusta y cuánto tiempo dedican a ir a museos y galerías. "Nadie debería comprar una obra de arte sin haber dedicado por lo menos un año a mirar, descubrir lo que te gusta y educar la vista".
Pero, ¿tienen los altos directivos tiempo para pasarlo de feria en feria? "Para eso está el trabajo del asesor, quien educa al cliente, abre sus ojos y hace el trabajo de campo, pero no te dice lo que debes comprar". La razón está justificada: "Un coleccionista necesita poder decir que compró ese cuadro por un motivo y por qué le atrae. Hay que elegir en función de lo que trae gozo a tu vida y lo que te interesa intelectualmente y espiritualmente".
La carga fiscal en el arte
Heslington, que antes de incorporarse a la multinacional fue supervisora fiscal, reconoce que "los asuntos fiscales influyen mucho en las decisiones sobre colecciones". Y pone el ejemplo de EEUU, donde los impuestos obligan a muchas familias a subastar sus obras porque mantener la colección en la siguiente generación "no tiene sentido".
En cuanto al poder que el arte tiene en las decisiones políticas, la ejecutiva advierte de que muchos gobiernos están descuidando el valor de esta disciplina, pero se muestra optimista: "El impacto neurológico del arte está más que comprobado. Ya hay médicos de algunos países que prescriben museos contra la depresión y está demostrado que admirar una obra favorece la creatividad y la compasión".
¿Es el arte hecho con IA una buena inversión?
Por ese carácter sanador, Heslington no es partidaria del arte hecho con inteligencia artificial. "Nunca lo recomendaría como inversión porque no sabemos que va a pasar con un cuadro pintado por inteligencia artificial y si puede pasar como con las NFT, que ya nadie habla de ellas".
La directiva también alerta sobre el abuso de la IA como único criterio para distinguir una obra falsificada de una auténtica. "Hay expertos que caen en la trampa. Con la tecnología puedes analizar una obra de arte pero una persona que lleva 50 años trabajando y ha visto muchas cosas aporta la pericia. Su opinión tiene mucho valor".
El arte, como cualquier disciplina, vive en una continua vorágine de modas. "Ahora vuelve a ser tendencia el surrealismo; el arte creado por mujeres que no recibieron mucha atención en su momento, y las minorías en general", resume la ejecutiva, que recuerda que nunca es tarde para convertirse en coleccionista.
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