entrevista Interioristas de Espejo & Goyanes Cristina Espejo y Marta Goyanes: "El diseño a medida es el verdadero lujo"
• BEATRIZ AMIGOT 28 NOV. 2025 - 09:11
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• Enviar por emailCristina Espejo (izda.) y Marta Goyanes (dcha).
Amigas desde que estudiaron Arquitectura de Interiores en la Universidad Politécnica de Madrid, Cristina Espejo y Marta Goyanes huyen de las tendencias.
Con apenas 24 años empezaron su andadura en el comedor de la casa de Cristina, situada entonces en la céntrica calle Almagro, en Madrid. Justo enfrente se encuentra el último proyecto que acaban de firmar estas interioristas. Se trata de un piso de más de 350 metros cuadrados, en un edificio señorial de 1914, que ha sido renovado respetando su esencia y recuperando elementos originales como las puertas o las molduras artesanales. Este proyecto es fruto de la alianza de Espejo & Goyanes y la inmobiliaria Velzia Homes, que ya ha vendido la vivienda por más de 6 millones de euros.
Salón en uno de sus último proyectos de interiorismo en la calle Almagro.-¿Cómo definen su estilo?Nos hace gracia cuando nos dicen que tenemos un estilo propio porque somos muy diferentes. Lo que siempre defendemos es que la casa habla y marca el proyecto; efectivamente, no tiene nada que ver hacer un piso en Almagro que una casa de nueva construcción. Nuestra filosofía es que la casa en sí ya tiene bastante ADN y que debería tener también el del cliente. Lo que pretendemos hacer son espacios duraderos y nos gusta cuando nos definen como elegantes y atemporales.-¿Dónde se inspiran?Desde pequeñas tenemos ojo para la decoración, pero también lo trabajamos mucho leyendo libros de arquitectura, viendo casas antiguas y viajando. Al final, hay un algo que se queda en la retina, que se va a mezclando todo y, de repente, va saliendo en los momentos que se necesita. Además, tenemos claro lo que no queremos. No queremos ser tendencia, no queremos replicar una foto Pinterest y no queremos ser extremistas en un estilo. Nos gustan las casas con alma, mezclar creaciones propias, con diseños contemporáneos y cosas de anticuario. Queremos que las casas pasen de generación en generación, estando en condiciones .-¿Reformar es su especialidad?Hacemos más reforma que casa nueva. Nos encanta cuando hay una base muy enriquecedora. Y nos hemos especializado mucho en pisos del barrio Salamanca y de Chamberí donde intentamos replicar su estado inicial. Por ejemplo, en la casa de Almagro habían bajado unos 30 centímetros el techo cargándose el original y, entonces, lo replicamos con sus escayolas tirando del archivo de fotos antiguas y visitando los pisos de los vecinos. Hemos recuperado también las puertas antiguas, los radiadores y los balcones de madera. El objetivo era restablecer el nivel de la vivienda porque está un edificio muy emblemático de Madrid.-¿Es fácil encontrar artesanos para este tipo de proyectos?Todavía queda gente que sabe hacer estos trabajos, pero no sabemos qué ocurrirá cuando esta generación se jubile. Es algo que nos preocupa muchísimo, por eso cuidamos mucho al artesano y al proveedor porque, cada vez, son más una reliquia. Somos fieles defensoras de preservar el patrimonio y de conservar a los artesanos porque el diseño a medida y con buenas calidades es el verdadero lujo.-No les gusta seguir las tendencias, pero ¿qué se lleva ahora?Venimos de una época en la que se ha llevado todo al extremo. El wabi sabi, el minimalismo, las ondas orgánicas... Nos da la sensación, y tenemos la fe, de que ya huimos de esos extremos, de esa foto tan surrealista y volvemos a casas más normales, vividas, con personalidad, ricas en materiales y texturas y con color. Se está volviendo un poco a la gama de los años setenta del siglo pasado, el gris se cambia por el garbanzo y se mezcla con marrones, calderas y granates, así como mucha madera oscura con acero.-¿Una pieza que querrían tener en casa?Somos muy caprichosas porque trabajando vemos muchas cosas. Desde vajillas, cristalerías y cuberterías a obras de arte de Eduardo Lalanne y Jordi Alcaraz, la chaise longue de Charlotte Perriand o la mesa de comedor de travertino de Carlos Scarpa. Son piezas en las que se puede invertir sin que toda la casa sea tendencia. No es tanto el valor económico como el bienestar, la alegría o la calma que te transmite al ver esa pieza.-Y ¿un proyecto por hacer?Diseñar un hotel boutique en el que querrías vivir porque todo es perfecto desde las sábanas hasta la almohada. También trabajar en el extranjero. Comentar ÚLTIMA HORA
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Amigas desde que estudiaron Arquitectura de Interiores en la Universidad Politécnica de Madrid, Cristina Espejo y Marta Goyanes huyen de las tendencias.
Con apenas 24 años empezaron su andadura en el comedor de la casa de Cristina, situada entonces en la céntrica calle Almagro, en Madrid. Justo enfrente se encuentra el último proyecto que acaban de firmar estas interioristas. Se trata de un piso de más de 350 metros cuadrados, en un edificio señorial de 1914, que ha sido renovado respetando su esencia y recuperando elementos originales como las puertas o las molduras artesanales. Este proyecto es fruto de la alianza de Espejo & Goyanes y la inmobiliaria Velzia Homes, que ya ha vendido la vivienda por más de 6 millones de euros.
Salón en uno de sus último proyectos de interiorismo en la calle Almagro.-¿Cómo definen su estilo?Nos hace gracia cuando nos dicen que tenemos un estilo propio porque somos muy diferentes. Lo que siempre defendemos es que la casa habla y marca el proyecto; efectivamente, no tiene nada que ver hacer un piso en Almagro que una casa de nueva construcción. Nuestra filosofía es que la casa en sí ya tiene bastante ADN y que debería tener también el del cliente. Lo que pretendemos hacer son espacios duraderos y nos gusta cuando nos definen como elegantes y atemporales.-¿Dónde se inspiran?Desde pequeñas tenemos ojo para la decoración, pero también lo trabajamos mucho leyendo libros de arquitectura, viendo casas antiguas y viajando. Al final, hay un algo que se queda en la retina, que se va a mezclando todo y, de repente, va saliendo en los momentos que se necesita. Además, tenemos claro lo que no queremos. No queremos ser tendencia, no queremos replicar una foto Pinterest y no queremos ser extremistas en un estilo. Nos gustan las casas con alma, mezclar creaciones propias, con diseños contemporáneos y cosas de anticuario. Queremos que las casas pasen de generación en generación, estando en condiciones .-¿Reformar es su especialidad?Hacemos más reforma que casa nueva. Nos encanta cuando hay una base muy enriquecedora. Y nos hemos especializado mucho en pisos del barrio Salamanca y de Chamberí donde intentamos replicar su estado inicial. Por ejemplo, en la casa de Almagro habían bajado unos 30 centímetros el techo cargándose el original y, entonces, lo replicamos con sus escayolas tirando del archivo de fotos antiguas y visitando los pisos de los vecinos. Hemos recuperado también las puertas antiguas, los radiadores y los balcones de madera. El objetivo era restablecer el nivel de la vivienda porque está un edificio muy emblemático de Madrid.-¿Es fácil encontrar artesanos para este tipo de proyectos?Todavía queda gente que sabe hacer estos trabajos, pero no sabemos qué ocurrirá cuando esta generación se jubile. Es algo que nos preocupa muchísimo, por eso cuidamos mucho al artesano y al proveedor porque, cada vez, son más una reliquia. Somos fieles defensoras de preservar el patrimonio y de conservar a los artesanos porque el diseño a medida y con buenas calidades es el verdadero lujo.-No les gusta seguir las tendencias, pero ¿qué se lleva ahora?Venimos de una época en la que se ha llevado todo al extremo. El wabi sabi, el minimalismo, las ondas orgánicas... Nos da la sensación, y tenemos la fe, de que ya huimos de esos extremos, de esa foto tan surrealista y volvemos a casas más normales, vividas, con personalidad, ricas en materiales y texturas y con color. Se está volviendo un poco a la gama de los años setenta del siglo pasado, el gris se cambia por el garbanzo y se mezcla con marrones, calderas y granates, así como mucha madera oscura con acero.-¿Una pieza que querrían tener en casa?Somos muy caprichosas porque trabajando vemos muchas cosas. Desde vajillas, cristalerías y cuberterías a obras de arte de Eduardo Lalanne y Jordi Alcaraz, la chaise longue de Charlotte Perriand o la mesa de comedor de travertino de Carlos Scarpa. Son piezas en las que se puede invertir sin que toda la casa sea tendencia. No es tanto el valor económico como el bienestar, la alegría o la calma que te transmite al ver esa pieza.-Y ¿un proyecto por hacer?Diseñar un hotel boutique en el que querrías vivir porque todo es perfecto desde las sábanas hasta la almohada. También trabajar en el extranjero. Comentar ÚLTIMA HORA