ECONOMÍACuerpo descarta optar a la presidencia del Eurogrupo y España pone el foco en el BCE
• ANDRÉS STUMPF Bruselas 28 NOV. 2025 - 13:05
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• Compartir en LinkedIn
• Enviar por emailEl ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo.EFE
El ministro de Economía apura el plazo para tomar su decisión, pero finalmente decide no presentar su candidatura a presidir el Eurogrupo en un movimiento estratégico de España para incrementar sus opciones de aspirar a un puesto en el BCE.
No habrá un cuarto intento español. Carlos Cuerpo, ministro de Economía de España, ha anunciado hoy que no presentará su candidatura para presidir el Eurogrupo.
Cuerpo ha apurado los plazos para tomar la decisión -la hora límite para optar a la presidencia era las 17:00h CET de hoy- pero, finalmente, se descarta de la carrera en un movimiento entendido como una estrategia a más largo plazo para centrarse en la negociación de otras posiciones.
En mayo del año que viene finaliza el mandato de Luis de Guindos como vicepresidente del Banco Central Europeo. Es solo el principio de una renovación total del Comité Ejecutivo de la autoridad monetaria en los dos años siguientes en los que también habrá que encontrar reemplazo a Philip Lane, economista jefe, y a Christine Lagarde, la presidenta. Unos meses después también abandonará el banco central la alemana Isabel Schnabel.
Por el camino, España también perderá la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea después de la renuncia de José Manuel Campa, que se hará efectiva en enero. Se trata de una multitud de puestos a los que aspirar y que podrían generar un efecto dominó marcado por la representación geográfica y la pertenencia a diferentes familias políticas de los candidatos que se presenten.
Finalmente el griego Kyriakos Pierrakakis y el belga Vincent Van Peteghem se disputarán el Eurogrupo.
"Tenemos que trabajar para que haya una presencia destacada de españoles en las principales instituciones económicas y financieras europeas. Hay varios procesos que, o bien están abiertos o se van a abrir en los próximos meses, y este es el marco en el que estamos haciendo el análisis", expresaba el lunes el propio Cuerpo a la salida de la reunión de Comercio del Consejo de la Unión Europea. En esa misma línea se pronuncian hoy desde el Ministerio de Economía asegurando que "España busca, a través de posiciones influyentes en las principales instituciones económicas y financieras europeas, que nuestra voz contribuya a construir una Europa más fuerte y cohesionada".
El Gobierno decide así dejar pasar la ventana de oportunidad que había surgido con la dimisión de Paschal Donohoe, ministro de Finanzas de Irlanda y presidente del Eurogrupo desde 2020, de lograr la ansiada plaza que tanto se le había resistido en el pasado. Cuerpo ya había intentado hacerse con la presidencia del Eurogrupo en junio, pero había acabado retirando su candidatura ante la falta de apoyos al igual que su homólogo lituano, Rimantas Šadius.
Pese a la renuncia, desde el Ministerio de Economía se asegura que "España mantiene un firme compromiso con el fortalecimiento del Eurogrupo como motor de una auténtica integración económica, condición esencial para que Europa no sólo resista la incertidumbre global, sino que prospere en esta nueva era".
En una carta conjunta, suscrita por España y por otras grandes economías del euro -Italia, Francia, Alemania y Países Bajos-, los países llamaron a "redefinir el futuro del organismo", dotar de mayor relevancia a sus reuniones y avanzar en la unión de mercados de capitales. Es a lo que se comprometió Donohoe en su reelección y la misión más inmediata que se le exigirá a su sucesor.
Donohoe llegó al cargo en 2020 tras derrotar a la antecesora de Cuerpo, la exvicepresidenta económica del Gobierno español, Nadia Calviño, en el pulso para sustituir al portugués Mario Centeno. Calviño llegó a ser favorita para el cargo, contando con el apoyo de las grandes potencias europeas, como Alemania y Francia, pero la alineación de los países de menor tamaño terminó inclinando la balanza a favor de Donohoe que fue reelegido en 2023 ya sin competencia.
España ya había intentado hacerse antes con el sillón, en 2015, cuando el actual vicepresidente del BCE y entonces ministro de Economía español, Luis de Guindos, optó a la presidencia del Eurogrupo pero perdió en favor del neerlandés Jeroem Dijsselbloem.
Partida larga
La estrategia española de no presentar su candidatura al Eurogrupo provocará que el año que viene el país pierda representación en las grandes instituciones. A la ya mencionada salida de Guindos se le suma la de José Manuel Campa, que hará efectiva su renuncia a la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en enero.
España apuesta por jugar una larga partida de ajedrez en la que durante incluso años parecerá derrotada. Eso ocurrirá porque, aunque sobre el papel, un candidato español podría aspirar todos los cargos, existe una regla no escrita por la que no se repite la nacionalidad del que antes ostentaba esa posición.
Así, tras la renuncia al Eurogrupo, el Gobierno verá como candidatos de otros Estados Miembros pasan a liderar la EBA y amarran la vicepresidencia del BCE. El primer puesto realmente accesible será el de economista jefe de la autoridad monetaria, una posición que no queda vacante hasta el 31 de mayo de 2027, por lo que no será hasta entonces cuando
Para ese puesto, España podría presentar a Óscar Arce, director general de Economía del BCE y número dos de Lane.
Pero también puede intentar buscar el premio gordo de la presidencia del BCE. Pablo Hernández de Cos, director gerente del Banco de Pagos Internacionales, se encuentra en la terna de candidatos a sustituirla a Lagarde cuando finalice su mandato.
Existen dudas sobre sus posibilidades no tanto por las capacidades, sino por el hecho de que parece haber llegado el turno de que un halcón, un miembro afín a una política monetaria más restrictiva, tenga una oportunidad al frente del banco central. Además, no está claro si el Gobierno apoyaría a un candidato que gobernó el Banco de España nombrado por el Partido Popular.
De hecho, el nombre del actual gobernador, José Luis Escrivá, también comienza a sonar por los foros comunitarios como potencial candidato español.
• economía
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El ministro de Economía apura el plazo para tomar su decisión, pero finalmente decide no presentar su candidatura a presidir el Eurogrupo en un movimiento estratégico de España para incrementar sus opciones de aspirar a un puesto en el BCE.
No habrá un cuarto intento español. Carlos Cuerpo, ministro de Economía de España, ha anunciado hoy que no presentará su candidatura para presidir el Eurogrupo.
Cuerpo ha apurado los plazos para tomar la decisión -la hora límite para optar a la presidencia era las 17:00h CET de hoy- pero, finalmente, se descarta de la carrera en un movimiento entendido como una estrategia a más largo plazo para centrarse en la negociación de otras posiciones.
En mayo del año que viene finaliza el mandato de Luis de Guindos como vicepresidente del Banco Central Europeo. Es solo el principio de una renovación total del Comité Ejecutivo de la autoridad monetaria en los dos años siguientes en los que también habrá que encontrar reemplazo a Philip Lane, economista jefe, y a Christine Lagarde, la presidenta. Unos meses después también abandonará el banco central la alemana Isabel Schnabel.
Por el camino, España también perderá la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea después de la renuncia de José Manuel Campa, que se hará efectiva en enero. Se trata de una multitud de puestos a los que aspirar y que podrían generar un efecto dominó marcado por la representación geográfica y la pertenencia a diferentes familias políticas de los candidatos que se presenten.
Finalmente el griego Kyriakos Pierrakakis y el belga Vincent Van Peteghem se disputarán el Eurogrupo.
"Tenemos que trabajar para que haya una presencia destacada de españoles en las principales instituciones económicas y financieras europeas. Hay varios procesos que, o bien están abiertos o se van a abrir en los próximos meses, y este es el marco en el que estamos haciendo el análisis", expresaba el lunes el propio Cuerpo a la salida de la reunión de Comercio del Consejo de la Unión Europea. En esa misma línea se pronuncian hoy desde el Ministerio de Economía asegurando que "España busca, a través de posiciones influyentes en las principales instituciones económicas y financieras europeas, que nuestra voz contribuya a construir una Europa más fuerte y cohesionada".
El Gobierno decide así dejar pasar la ventana de oportunidad que había surgido con la dimisión de Paschal Donohoe, ministro de Finanzas de Irlanda y presidente del Eurogrupo desde 2020, de lograr la ansiada plaza que tanto se le había resistido en el pasado. Cuerpo ya había intentado hacerse con la presidencia del Eurogrupo en junio, pero había acabado retirando su candidatura ante la falta de apoyos al igual que su homólogo lituano, Rimantas Šadius.
Pese a la renuncia, desde el Ministerio de Economía se asegura que "España mantiene un firme compromiso con el fortalecimiento del Eurogrupo como motor de una auténtica integración económica, condición esencial para que Europa no sólo resista la incertidumbre global, sino que prospere en esta nueva era".
En una carta conjunta, suscrita por España y por otras grandes economías del euro -Italia, Francia, Alemania y Países Bajos-, los países llamaron a "redefinir el futuro del organismo", dotar de mayor relevancia a sus reuniones y avanzar en la unión de mercados de capitales. Es a lo que se comprometió Donohoe en su reelección y la misión más inmediata que se le exigirá a su sucesor.
Donohoe llegó al cargo en 2020 tras derrotar a la antecesora de Cuerpo, la exvicepresidenta económica del Gobierno español, Nadia Calviño, en el pulso para sustituir al portugués Mario Centeno. Calviño llegó a ser favorita para el cargo, contando con el apoyo de las grandes potencias europeas, como Alemania y Francia, pero la alineación de los países de menor tamaño terminó inclinando la balanza a favor de Donohoe que fue reelegido en 2023 ya sin competencia.
España ya había intentado hacerse antes con el sillón, en 2015, cuando el actual vicepresidente del BCE y entonces ministro de Economía español, Luis de Guindos, optó a la presidencia del Eurogrupo pero perdió en favor del neerlandés Jeroem Dijsselbloem.
Partida larga
La estrategia española de no presentar su candidatura al Eurogrupo provocará que el año que viene el país pierda representación en las grandes instituciones. A la ya mencionada salida de Guindos se le suma la de José Manuel Campa, que hará efectiva su renuncia a la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en enero.
España apuesta por jugar una larga partida de ajedrez en la que durante incluso años parecerá derrotada. Eso ocurrirá porque, aunque sobre el papel, un candidato español podría aspirar todos los cargos, existe una regla no escrita por la que no se repite la nacionalidad del que antes ostentaba esa posición.
Así, tras la renuncia al Eurogrupo, el Gobierno verá como candidatos de otros Estados Miembros pasan a liderar la EBA y amarran la vicepresidencia del BCE. El primer puesto realmente accesible será el de economista jefe de la autoridad monetaria, una posición que no queda vacante hasta el 31 de mayo de 2027, por lo que no será hasta entonces cuando
Para ese puesto, España podría presentar a Óscar Arce, director general de Economía del BCE y número dos de Lane.
Pero también puede intentar buscar el premio gordo de la presidencia del BCE. Pablo Hernández de Cos, director gerente del Banco de Pagos Internacionales, se encuentra en la terna de candidatos a sustituirla a Lagarde cuando finalice su mandato.
Existen dudas sobre sus posibilidades no tanto por las capacidades, sino por el hecho de que parece haber llegado el turno de que un halcón, un miembro afín a una política monetaria más restrictiva, tenga una oportunidad al frente del banco central. Además, no está claro si el Gobierno apoyaría a un candidato que gobernó el Banco de España nombrado por el Partido Popular.
De hecho, el nombre del actual gobernador, José Luis Escrivá, también comienza a sonar por los foros comunitarios como potencial candidato español.
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