La investigación que está llevando a cabo la Guardia Civil sobre el asesinato de Lucas -el niño de Garrucha (Almería) cuyo cadáver apareció en una playa en el límite con Mojacar el pasado 3 de diciembre, con signos de haber sido abusado sexualmente y golpeado con saña- avanza a pasos de gigante y cada día se conocen nuevos detalles del horror en el que vivía sumido el pequeño y del sufrimiento que padeció hasta la misma hora de su muerte, con tan sólo cuatro años.
A la luz de la información recabada, la jueza de la Sección Civil y de Instrucción número 3 del Tribunal de Instancia de Vera (Almería) que lleva el caso ha ratificado este viernes, como así se sospechaba ocurriría, el auto de prisión provisional, comunicada y sin fianza para los dos acusados del asesinato: la madre del niño, Bárbara B., y su novio, Juan David R., ambos detenidos desde horas después de localizarse el cadáver.
El informe preliminar de los forenses pone de manifiesto que el día del crimen a Lucas lo violaron y le dieron una paliza brutal. Esto le provocó daños de tal gravedad que sufrió una hemorragia interna y un shock hipovolémico.
Por su parte, las pesquisas realizadas por los agentes de la Guardia Civil señalan al novio de su madre, Juan David R., como autor material de la muerte y sitúan a la madre del pequeño, Bárbara B., en el lugar del crimen a las horas en las que todo esto estaría ocurriendo. Aún así, siguen siendo muchas las dudas que quedan por resolver en torno a este crimen.
Si bien la jueza se reafirmaba en la decisión adoptada el 6 de diciembre, los abogados de las defensas indicaban su intención de apelar y los dos investigados han negado tanto el maltrato habitual del que se les acusa como haber tenido relación alguna con la muerte del menor que -insisten- se debió a un cúmulo de fatalidades y circunstancias adversas.
El letrado de Juan David, Manuel Martínez Amate, ha avanzado que interpondrá el correspondiente recurso de apelación ante la Audiencia de Almería en los próximos días y que alegará "muerte accidental".
El abogado ha exculpado a su cliente de las graves acusaciones formuladas contra él, negando que violara a Lucas el día de los hechos y también que lo maltratase, y ha relatado una versión de lo sucedido que nada tiene que ver con la que se ha presentado en el auto de prisión, respaldada por los forenses y los investigadores del caso.
Martínez Amate ha asegurado que, según su cliente, Lucas no murió a causa de una paliza, sino como consecuencia de una enfermedad natural no atendida. En la versión relatada por el letrado del principal acusado, las lesiones que presentaba el cuerpo del niño se debían a los problemas estomacales e intestinales que venía padeciendo desde hacía diez días y que finalmente, empeoraron.
"Un niño un poco torpe"
Por otro lado, Martínez Amate ha culpado de la presencia de lesiones en el cadáver del crío a la propia "torpeza" del menor. Lucas era, sostiene la defensa de Juan David, "un niño un poco torpe que se caía y tropezaba mucho".
No acudieron al médico a buscar ayuda porque -según ha dicho el abogado- "pecaron de imprudentes". Tenían miedo, ha precisado, de que "se descubriera el pastel" y las autoridades se dieran cuenta de que estaban viviendo juntos, a pesar de la orden de alejamiento que le prohibía acercarse a su novia y al niño.
En cuanto a otros aspectos que lo relacionarían con el crimen, tales como el traslado a la playa o la ocultación del cadáver, Juan David en su declaración no sólo se desmarca completamente de su novia, sino que la inculpa. Según ha contado su defensa, Juan David llevó el cuerpo hasta la orilla del mar a petición de la madre, que quería "despedirse de él a solas" y se marchó al pueblo por lo que, según su versión, habría sido ella la que habría decidido llevarlo al antiguo cargadero de mineral.
La madre del niño asesinado, Bárbara, se entregó en el cuartel de la Guardia Civil la madrugada del jueves unas horas después de hallarse el cadáver de su hijo y quedó arrestada en ese mismo momento. Si bien el sábado cuando fue puesta a disposición judicial y le llegó el turno para responder ante la juez, se acogió a su derecho a no declarar, aconsejada por su abogada, María del Mar Viñero, ya que -asegura- "se encontraba completamente en shock" en las reuniones que ambas habían mantenido.
La defensa de Bárbara ha negado la implicación de su clienta en los hechos, aunque no ha adelantado mucho más al respecto. Al no haber prestado declaración su representada, la letrada no ha querido adelantar el contenido de las conversaciones privadas que ha mantenido con ella, ha dicho.