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El exceso de grasas en la dieta predispone al cáncer de hígado

El exceso de grasas en la dieta predispone al cáncer de hígado
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Una dieta rica en grasas altera las células del hígado, las devuelve a un estado inmaduro y las hace más propensas a volverse cancerosas, según concluye un estudio del MIT publicado en la revista Cell. Leer
Salud y CienciaEl exceso de grasas en la dieta predispone al cáncer de hígado 23 DIC. 2025 - 14:08DREAMSTIMEEXPANSIÓN

Una dieta rica en grasas altera las células del hígado, produciendo mutaciones que las hace más susceptibles a volverse cancerosas con el tiempo, según concluye un estudio del MIT realizado sobre ratones y tejidos humanos publicado en la revista Cell.

Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, en sus siglas inglesas) han constatado en un estudio que la adaptación hepática al estrés metabólico crónico prepara el terreno para la tumorogénesis.

Lo que sucede es que, en respuesta a una dieta rica en grasas, los hepatocitos (las células específicas del higado) maduros vuelven a un estado inmaduro, similar al de las células madre, para adaptarse a las condiciones de estrés hepático que genera una elevada ingesta de grasa. Esta respuesta del organismo, a largo plazo, les hace más propensos a volverse cancerígenos.

La dieta rica en grasas la reduce la diferenciación de los hepatocitos y su rendimiento fisiológico, y como consecuencia activan mecanismos para adaptarse al exceso de grasa, activando procesos moleculars de estrés y regeneración que presidpone a la formación de tumores meses, después, señalan los autores.

"Si las células del hígado se ven obligadas a lidiar continuamente con un factor estresante, como una dieta rica en grasas, reaccionan para intentar sobrevivir, pero a costa de aumentar su susceptibilidad a desarrollar tumores", afirma uno de los autores, Alex Shalek, director del Instituto de Ingeniería y Ciencias Médicas de MIT.

Los investigadores analizaron funciones reguladoras del metabolismo y la señalización intracelular e intercelular e identificaron varios factores de transcripción genética que parecen controlar esta reversión celular, lo que podría ayudar a desarrollar terapias destinadas a prevenir el desarrollo de tumores en pacientes de alto riesgo.

Uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar cáncer de hígado es una dieta rica en grasas. Un nuevo estudio del MIT revela cómo una dieta rica en grasas altera las células del hígado y las hace más propensas a volverse cancerosas.

Es conocido que la dieta rica en grasas es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de hígado. Este estudio del MIT, coordinado por Ömer Yilmaz, profesor asociado de biología del MIT y miembro del Instituto Koch; y Wolfram Goessling, codirector del Programa de Ciencias y Tecnología de la Salud de Harvard-MIT, revela cómo altera las células de hígado y las hace más propensas al cáncer.

La ingesta excesiva de grasas, explican, que puede provocar inflamación y acumulación de grasa en el hígado, una afección conocida como enfermedad hepática esteatósica o hígado graso no alcohólico, en cuya aparición también influyen numerosos factores de estrés metabólico, como el alcohol, y que puede provocar cirrosis hepática, insuficiencia hepática y, finalmente, cáncer.

Los investigadores de MIT querían ver qué pasa exactamente en las células del hígado cuando se exponen a estos excesos, y qué genes concretos se activan o se desactivan cuando el hígado responde a este factor estresante.

Para ello alimentaron a ratones de laboratorio con una dieta rica en grasas y realizaron una secuenciación de ARN unicelular de sus células hepáticas en momentos clave a medida que avanzaba la enfermedad hepática.

Esto les permitió detectar los cambios que se producían en la expresión génica a medida que los ratones avanzaban hacia la inflamación hepática y en último termino, al desarrollo de un tumor.

Christine Daniloff, MIT

"En las primeras etapas de esta progresión, los investigadores descubrieron que la dieta rica en grasas provocaba que los hepatocitos, el tipo de célula más abundante en el hígado, activaban genes que favorecían sus existencia. Entre ellos se encuentran genes que los hacen más resistentes a la apoptosis y más propensos a proliferar", explica el MIT en comunicado.

"Esto realmente parece una compensación, dando prioridad a lo que es bueno para que la célula individual sobreviva en un entorno estresante, a expensas de lo que debería hacer el tejido colectivo", afirma Tzouanas.

Pero "al mismo tiempo, esas células comenzaron a desactivar algunos de los genes que son fundamentales para el funcionamiento normal de los hepatocitos, como las enzimas metabólicas y las proteínas secretadas".

Algunos de estos cambios se produjeron de inmediato, mientras que otros, como la disminución de la producción de enzimas metabólicas, tuvieron lugar de forma más gradual. La mayoría de los ratones que seguían una dieta rica en grasas acabaron desarrollando cáncer de hígado al final del estudio.

La razón, según los investigadores, es que cuando las células se encuentran en un estado más inmaduro, son más propensas a volverse cancerosas si más adelante se produce una mutación más adelante.

Los investigadores también identificaron los genes que revierten los hepatocitos a un estado inmaduro, clave para encontrar dianas terapéuticas.

Tras identificar estos cambios en ratones, los investigadores querían saber si podía pasar algo parecido en humanos con enfermedad hepática, para lo que recurrieron a muestras de tejido hepático extraídas de pacientes en diferentes estadios, y de pacientes con afección hepática pero que aún no habían desarrollado cáncer.

Y comprobaron que los estudios con tejidos humanos revelaron un patrón similar al observado en los ratones: la expresión de los genes necesarios para el funcionamiento normal del hígado disminuyó con el tiempo, mientras que los genes asociados a estados inmaduros aumentaron.

Además, vieron que el análisis de los patrones de expresión genética les permitía predecir con precisión los resultados de supervivencia de los pacientes.

"Aunque los ratones de este estudio desarrollaron cáncer en aproximadamente un año, los investigadores estiman que, en los seres humanos, el proceso se prolonga durante un periodo más largo, posiblemente alrededor de 20 años. Este periodo de tiempo variaría o se acortaría en función de la dieta y otros factores de riesgo, como el consumo de alcohol o las infecciones virales, que también pueden favorecer la reversión de las células hepáticas a un estado inmaduro".

Ahora, los investigadores quieren ver si alguno de los cambios que se producen puede revertirse volviendo a una dieta normal o tomando medicamentos para bajar de peso, como los agonistas del GLP-1.

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Fuente original: Leer en Expansión
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