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El malagueño Le Petit Kaiser se hace grande en Atenas

El malagueño Le Petit Kaiser se hace grande en Atenas
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Tiene la estética y la actitud inconformista del arte urbano, como sus retratos. El artista reinterpreta iconos de la cultura pop en su primera exposición fuera de casa

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Flora Kotsou El malagueño Le Petit Kaiser se hace grande en Atenas

Tiene la estética y la actitud inconformista del arte urbano, como sus retratos. El artista reinterpreta iconos de la cultura pop en su primera exposición fuera de casa

Regina Sotorrío

Martes, 30 de diciembre 2025, 00:35

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De niño le enseñaron a expresar sus emociones a través de la pintura. Lo aprendió con apenas 6 años en la consulta del psicólogo al que le llevaron sus padres para afrontar su ruptura. Y lo sigue haciendo hoy con 30. Lo que piensa y lo que siente está en sus cuadros: ahí se ven sus influencias del arte urbano, esa actitud de grafitero sin serlo, y el cabreo con un mundo que nunca pone las cosas fáciles. Un enfado que, como cuando era un crío, no le paraliza. Al contrario. «Me hace echar más ganas y seguir adelante. Me pico conmigo mismo», dice Le Petit Kaiser, el alter ego de Jesús Azuaga (Málaga, 1995). Azuaga habla desde Atenas, donde el 'pequeño emperador' se hace grande con su primera exposición individual fuera de España.

Le Petit Kaiser despide una residencia de tres meses en la capital griega con una muestra en Nezer Collective Gallery. Se lanzó un órdago a sí mismo y la apuesta le salió bien. Sin contactos en el circuito de arte en Grecia, el malagueño aprovechó que su mánager residía temporalmente en Atenas para coger un avión «a lo loco» e instalarse en la ciudad. Buscó estudios donde trabajar y galerías donde exponer su trabajo, y encontró el espacio y el momento para hacerlo en una sala inaugurada pocos meses antes.

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Flora Kotsou

'Good or evil' es el título de la exposición y el resumen de lo que ha venido trabajando estos meses fuera de casa. Once pinturas en diferentes soportes y tamaños, junto con piezas de cerámicas que cuestionan nuestra percepción de lo correcto e incorrecto. Le Petit Kaiser reinterpreta bajo un nuevo foco a conocidos iconos de la cultura popular, como Chucky, Catwoman, Maléfica, Tony Montana, Bob y La Novia Cadáver, entre otros, para superar esa clásica división entre héroes y villanos. «Aparecen en la penumbra, renovándose, liberados de juicios fáciles y conclusiones precipitadas», explica. De esta forma, se presentan no como figuras arquetípicas, sino como «reflejos complejos de deseo, poder, fragilidad y libertad».

Son ante todo retratos, la seña de identidad de Le Petit Kaiser, formado como artista en Escuela de Artes y Diseño de San Telmo. Él no pinta paisajes ni escenas abstractas; con spray, acrílico, óleo y lápices de colores vibrantes crea rostros imaginados sobre fondos expresionistas que siempre aportan información. «Nada es casualidad. A veces son cosas muy claras y evidentes; pero otras son más rebuscadas», detalla. Rara vez sonríen y, si lo hacen, es a medias. Por eso, aunque en un primer vistazo puedan parecer tiernos y dulces, pronto sale a relucir una actitud chulesca e inconformista que revela que detrás de ellos hay más. «Reflejan mi interior, y esa es mi manera de sacarlo a la luz sin decir mucho por mi boca». A Jesús Azuaga le cabrea la deriva del mundo en general, pero también hay una rabia particular, un enfado por esa «pelea» que libra «día a día» por abrirse un hueco en el sector. «El esfuerzo en el arte no está pagado en reconocimiento y en valor», reflexiona.

Nunca ha pintado grafiti, su conexión con la escena urbana le viene del hip hop, donde ha colaborado con varios artistas

Pero él tiene una técnica infalible: «La del martillo pilón, no parar y seguir adelante». Y en esas está. Tras su estancia en Atenas, regresará a Málaga, a su estudio de la calle Santos, donde originalmente estuvo La Casa Amarilla. El centro de arte que impulsan David Burbano y Roy Laguna siempre le apoyó desde el principio. Allí hizo su primera individual en Málaga y es un fijo de sus colectivas. El precio de sus obras oscila entre los 300 y 2.000 euros.

Además de seguir creando personajes, Le Petit Kaiser tiene entre manos la portada del primer disco de Saox, el malagueño de la Carretera de Cádiz que se llevó dos certificaciones de los Grammy Latinos por su participación como productor en 'Debí tirar más fotos' de Bad Bunny. No es la primera vez que su nombre se vincula con la escena musical. Hace unos años creó la portada del libro 'Yo Zatu y mi Severa Fractura De Kráneo' del rapero sevillano Zatu, de SFDK y ha trabajado con los artistas Pepe y Vizio, Maka, Javi Medina y Fuego.

De hecho, aunque tenga actitud de grafitero, siempre escondido tras una gorra y unas gafas de sol para no mostrar su rostro, su conexión con la cultura urbana le viene más por el hip hop que por el spray, la puerta de entrada de la mayoría de los artistas urbanos. «Pero yo nunca he pintado grafiti. Tuve una mala experiencia de pequeño con la policía y le prometí a mi madre que no pintaría en la calle». Lo suyo es el lienzo.

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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