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El Gobierno ha recurrido a los planes Moves y los Perte VEC para impulsar la producción de vehículos eléctricos y de baterías, así como a incentivar la demanda, que no acaba de despegar.
El Gobierno tiene entre ceja y ceja que España se convierta en un referente europeo en materia de movilidad eléctrica. Para ello, desde 2019, ha ido lanzando diferentes programas de ayuda para impulsar tanto la fabricación como la venta de este tipo de modelos en España.
El último empujón lo dio el pasado miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con una batería de medidas para el coche eléctrico por casi 1.300 millones de euros desde 2026, que se sumarán a los cerca de 4.700 que se acumulan en incentivos y préstamos blandos aportados al coche eléctrico a través de diferentes planes de ayuda.
Sánchez, en el marco del Plan España Auto 2030, elaborado con consenso entre el sector del automóvil y el Gobierno, adelantó que el año que viene se pondrá en marcha un novedoso plan de ayudas directas a la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, denominado Plan Auto+, con un presupuesto de 400 millones.
El presidente del Gobierno también anunció una nueva edición, la quinta, del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC), esta vez con una dotación de 580 millones. La tercera medida desvelada por Sánchez será un Moves Corredores, con 300 millones, para desplegar puntos de recarga en carreteras con escasa infraestructura.
Perte VEC: 3.000 millones
El jefe del Ejecutivo confirmó también que en todas las ediciones de los Perte VEC hasta la fecha se habían concedido ayudas por más de 3.000 millones a las empresas.
La primera edición del Perte VEC, que fue pionera entre los Perte, contaba con una dotación de 2.975 millones para instalar en España la producción de vehículos eléctricos y de baterías. Sin embargo, tuvo serios problemas al ser demasiado exigente en plazos y requisitos, por lo que dejó sin cubrir casi 2.200 millones.
En la segunda convocatoria, con más de 1.400 millones de presupuesto, se solucionaron muchas de las trabas, lo que suscitó mayor interés de las empresas, ya que se dividió en una línea de baterías (840 millones) y otra para la cadena de valor del eléctrico (570 millones). La tercera convocatoria contaba con 500 millones y la cuarta, en proceso, con 1.250 millones.
En el caso de los diferentes planes Moves (tres hasta la fecha), el Gobierno ya ha movilizado 1.700 millones para incentivar la compra de coches eléctricos en España. La dotación de estos planes, cuya principal pega es el tiempo en cobrar las ayudas (hasta un año y medio), ha ido creciendo desde la primera edición.
El primer Plan Moves, que se lanzó en 2019, contó con un discreto presupuesto de 45 millones, aunque se fue incrementando en las posteriores convocatorias, con 100 millones en la segunda. Más tarde llegó el Moves III, que inicialmente tenía una dotación presupuestaria de 400 millones, aunque se dio la opción de una extensión de otros 400 millones adicionales, cuyo presupuesto ya se ha agotado.
Las trabas burocráticas, la incertidumbre sobre la continuidad de los fondos a lo largo de estos años, ya que no se sabía si iba a haber nuevas convocatorias, y la complejidad burocrática han lastrado la eficacia del plan durante su duración.
Despegue del coche eléctrico
El despliegue del ecosistema del coche eléctrico en España está siendo dispar, a pesar de las millonarias ayudas públicas. En el ámbito industrial, pese al mal arranque con el primer Perte VEC, se han conseguido resultados muy positivos, ya que gracias a las diferentes convocatorias del programa se ha logrado atraer grandes inversiones. España se ha asegurado la instalación de cuatro gigafactorías de baterías (Volkswagen, Envision, Stellantis/CATL e InoBat/Gotion), así como la producción de nuevos modelos eléctricos de Volkswagen, Skoda, Cupra y Mercedes-Benz. En cuanto al mercado, los eléctricos suponían hasta noviembre el 8,2% de las matriculaciones totales y, sumando los híbridos enchufables, la cuota sube hasta el 17,5%, lejos todavía de los objetivos fijados.
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