La experiencia cotiza al alza. La jubilación reversible facilita el regreso de profesionales sénior cuyo liderazgo, conocimientos y habilidades blandas se convierten en activos irremplazables.
Entre los nuevos modelos de trabajo que ofrecen una nueva vida laboral ha llegado la hora de atender a aquellos profesionales que deciden reengancharse al mercado laboral a pesar de haber tomado la decisión de retirarse.
La jubilación reversible -que podría atenuar el impacto del relevo generacional y mitigar parcialmente la disminución de mano de obra activa, especialmente en sectores sensibles- supone una oportunidad real para integrar en diversos sectores el talento sénior con experiencia y competencias valiosas. Mónica Pérez Callejo, directora de estudios de Infojobs, habla del sector de educación y formación (en FP y tecnología hacen falta profesores y formación para empresas). También se refiere al sector sanitario (especialistas con conocimientos críticos que puedan teletrabajar y terapeutas para cuidado de mayores); al de hostelería; al de construcción (perfiles especializados como jefes de obra); al de industria (especialistas mecánicos y técnicos); al de tecnología; y al de servicios, sobre todo en consultoría de negocios y financiera, para aportar valor a las empresas.
La iniciativa de jubilación reversible en España contempla la posibilidad de que personas ya jubiladas retornen al mercado laboral de forma voluntaria, actualmente con jornadas parciales de entre el 25% y el 75%, compatibilizando pensión y salario. La propuesta del Gobierno es que más adelante se exija más trabajo, entre un 40% y un 80% de la jornada. Parece evidente que las condiciones definitivas (jornada mínima, compatibilidad con la pensión, cotizaciones, tributación o regulación para autónomos) condicionarán qué tipo de jubilados y cuántos se animarán a volver al mercado laboral.
Según CaixaBank Research, en nuestro país hay actualmente 2,6 personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años, y para 2050 el Instituto Nacional de Estadística proyecta que por cada jubilado habrá tan sólo 1,6 personas en edad de trabajar. La presión sobre las pensiones muestra que el sistema público afronta tensiones crecientes, de modo que atraer trabajadores con experiencia resulta clave.
La OCDE sugiere que los países avancen hacia mercados laborales en los que los profesionales sénior desempeñen un papel más activo, gracias a la cada vez mayor esperanza de vida, una mejor salud y formación y ciertos cambios normativos.
Está claro que los jubilados pueden aportar algo que por experiencia, habilidades sociales o conocimiento acumulado resulta cada vez más valioso. Pérez Callejo cita algunos elementos clave de estos jubilados reversibles: por un lado la experiencia crítica, el conocimiento y ciertas habilidades que escasean, a lo que se puede añadir la flexibilidad (capacidad para trabajar por proyectos);el hecho de que estos profesionales puedan transmitir el conocimiento y sirvan de guía; y, por supuesto, el que se puedan poner a funcionar sin formación y sin apenas recursos por parte de las empresas.
En plena pandemia del Covid, muchas organizaciones se dieron cuenta de que capacidades muy demandadas como la actitud, el conocimiento, el liderazgo, la inteligencia emocional, el compromiso o la lealtad se decantaban en favor de los sénior. Krista Walochick, senior advisor de Talengo, recuerda que "los sénior son la voz de la experiencia, de haber vivido varios ciclos y de gestionar con eficiencia, de dominar los ajustes organizativos, o cuestiones de refinanciación. Es una voz crítica, y hay que volver a poner esos perfiles en activo". Todo esto supone una reconversión del conocimiento sénior como capital intangible.
Los mejor situados...
Pero no todos los jubilados están en la misma posición para acceder otra vez al mercado de trabajo por esta puerta de la jubilación reversible. Todo depende de la formación, la trayectoria, el estado de salud o la disposición a un horario flexible.
Los profesionales con más posibilidades para tener éxito en este nuevo regreso a la actividad serán los que tengan una formación superior o media -exdirectivos, técnicos, administradores, docentes, contables, abogados, empleados públicos, profesionales vinculados a la gestión, la docencia, asesoría o la Administración-; aquellos con competencias transversales importantes; los que buscan jornadas parciales, flexibilidad horaria o teletrabajo parcial; o personas con buena salud física y cognitiva. A todos estos se pueden unir los que tengan una motivación por el "valor social", especialmente útiles en sectores de cuidados, formación, tercera edad o voluntariado, donde la experiencia vital aporta un valor añadido.
Condiciones favorables
Otra condición favorable para que los roles profesionales tengan sentido en un régimen de jubilación reversible es que presenten cierta flexibilidad y un modelo de trabajo parcial o por proyecto.
Serían ideales los puestos que no requieran jornada completa, que permiten consultorías, ser freelance, el mentoring o las tutorías.
El valor del conocimiento y la experiencia acumulada también son determinantes en puestos de asesoría, consultoría, supervisión, formación o sostenibilidad. La experiencia y el criterio son activos clave. Un sénior aporta un capital humano difícil de sustituir por jóvenes sin recorrido.
También suma que los roles en ese régimen de jubilación reversible impliquen una menor exigencia física y, por tanto, un mayor uso de competencias cognitivas o relacionales.
Hay una alta demanda estructural y un mercado de vacantes real. En tecnología, sostenibilidad, consultoría, administración o formación, muchas empresas y sectores carecen de talento joven o especializado, y esto es un campo de oportunidades para los jubilados reversibles.
Y también hay que tener en cuenta la posibilidad de retribuciones competitivas: algunos de estos puestos están entre los mejor remunerados en España (consultoría, tecnología, dirección, industria), o al menos pueden ofrecer ingresos complementarios suficientes para hacer atractiva la reincorporación.
Profesiones para regresar al mercado
- Consultores, asesores, o mentores en empresas. Permite trabajar por proyectos o por horas, con flexibilidad, aprovechando la experiencia acumulada y el conocimiento del sector.
- Administrativo sénior, técnico administrativo, 'back office', gestión documental en pymes o entidades públicas y privadas. Bajo esfuerzo físico, rutinas estables, posibilidad de media jornada o parcial y ambiente estructurado.
- Formador para adultos, docente en formación continua, mentor en capacitación o tutor educativo. Permite aprovechar la experiencia, las competencias pedagógicas, los conocimientos técnicos o sectoriales. Horarios flexibles y posibilidad de trabajar como 'freelance'.
- Especialista sénior en ciberseguridad, TIC, consultoría tecnológica, datos o 'cloud'. Exige formación previa en informática, sistemas o infraestructura. Son roles de supervisión, auditoría, consultoría, mantenimiento o formación interna.
- Director, responsable de planta industrial o supervisor en industria, especialmente en sectores técnicos o de manufactura ligera. Adecuados para profesionales con experiencia técnica y de gestión, especialmente si la carga física se reduce.
- Consultor o experto en sostenibilidad, energías renovables, transición ecológica o 'compliance' y ESG medioambiental. Un jubilado con conocimientos técnicos anteriores -ingeniería, medio ambiente, normativa, o gestión- podría ofrecer asesoría, auditorías, consultoría o mentoría y capacidad de acompañar procesos complejos.
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