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Uruguay presume de estabilidad política y solidez económica, con una clase media que abarca al 60% de la población.
En un mundo en el que la polarización política, las ideas extremistas y la desconfianza hacia las instituciones democráticas gana terreno, Uruguay va a contracorriente. Este pequeño país de apenas 3,5 millones de habitantes, ubicado entre los dos gigantes sudamericanos, Argentina y Brasil, presume de contar con una clase media que abarca al 60% de la ciudadanía, unos estándares de vida y unos servicios públicos que se encuentran entre los mejores de la región y una buena sintonía entre la población, la política y sus instituciones.
En una entrevista con EXPANSIÓN -realizada en la madrileña Casa América- Gabriel Oddone, ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, explica que la uruguaya "es una sociedad con una fuerte preferencia por la cohesión social independientemente del color político del gobierno del país; tenemos unos estándares de convivencia de alta inclusión y eso atraviesa todo el espectro político".
Añade que "el Estado uruguayo es un fiel representantes de las preferencias de los ciudadanos y tiene una capacidad de influencia e iniciativa muy relevante en el diseño y puesta en marcha de políticas públicas".
Oddone forma parte del gobierno del izquierdista Yamandú Orsi, que asumió el cargo el pasado uno de marzo. La izquierda volvió al poder después de una legislatura en la que gobernó la coalición de centro-derecha liderada por el ex presidente Luis Lacalle Pou. Tanto aquel cambio de gobierno como el que se llevó a cabo en marzo se produjeron sin estridencias ni ruido político.
Oddone explica que "las dos coaliciones políticas (izquierda y derecha) tienen un buen nivel de discusión política con respeto por la opinión del que opina diferente y los ciudadanos sienten que los políticos los representan", explica. "Es un círculo virtuoso; la población tiene un Estado en el que puede confiar y esa confianza sirve para que el Estado pueda poner en marcha políticas de bienestar. La sociedad uruguaya gestiona bien el disenso", añade.
Estabilidad económica
El ministro lleva pocos meses en el cargo pero ha tenido tiempo suficiente para elaborar un diagnóstico sobre la situación económica del país.
"Tenemos una economía que crece un 2,2%, pero con algunas debilidades, sobre todo en materia fiscal, que estamos corrigiendo (...) la situación del país es estable, con una macroeconomía sólida, la inflación se ubica en el 4,5%, hay un alto nivel de confianza por parte de los inversores y estamos satisfechos porque hace un par de semanas llevamos a cabo la mayor emisión de deuda pública realizada jamás en Uruguay, en moneda nacional, a diez años, lo que supone que el mercado ve con buenos ojos la buena gestión macroeconómica y las perspectivas de la economía del país", afirma Oddone.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado un crecimiento del 2,5% para Uruguay en 2025, mientras que en 2026 la economía retrocederá una décima hasta un 2,4%. Respecto a la inflación, el organismo espera que este año finalice en un 4,7 % y que en 2026 baje hasta el 4,5%.
Presencia española
La Unión Europea (UE) es el principal inversor extranjero en Uruguay. Y, dentro del bloque, España encabeza la lista con un stock de inversión acumulada que alcanza los 7.600 millones de euros.
Cerca de 200 empresas españolas se encuentran ubicadas en el país, entre ellas, grandes compañías emblemáticas emblemáticas, como Santander, Telefónica o Sacyr.
La semana pasada Oddone estuvo en Madrid y Barcelona, con el objetivo de reforzar aún más esas buenas relaciones económicas y comerciales con España que, el pasado agosto, se visualizaron a la inversa, con la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez al país, encabezando una extensa delegación empresarial que incluyó al presidente de CEOE, Antonio Garamendi, al presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet y a representantes de una veintena de empresas, como Sacyr, Renfe, Acciona, Indra, BBVA, Banco Santander o Mapfre.
"Para Uruguay el rol que desempeñan las empresas españolas en la economía del país es muy positivo", asegura el ministro, que apunta que, de cara al futuro, su gobierno quiere que las inversiones foráneas se centren en sectores como la energía, la Inteligencia Artificial (IA) o los Centros de Datos, aprovechando la "excelente ubicación estratégica de Uruguay", en el corazón del continente latinoamericano.
El país ofrece a cambio "capital humano" y un atractivo régimen de incentivos, con exenciones de hasta un 100% en las inversiones ejecutadas en el país.
Además, Uruguay tiene grandes expectativas en relación a los efectos beneficiososo que tendrá para el país el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, que se podría formar de forma definitiva antes de Navidad en Brasil.
Acuerdo UE-Mercosur
"Para un pequeño país como Uruguay un tratado de estas características es muy importante. De hecho Uruguay venía reclamando hace muchos años al Mercosur poder moverse con más rapidez en el alcance de acuerdos con terceros y en particular con la UE", comenta el ministro.
Añade que el acuerdo "supone acercarse a una unidad económica, como es la Unión Europea, que es muy potente en términos económicos y que además tiene reglas de funcionamiento y reglas institucionales que van a permear en las relaciones comerciales", lo que, según admite Oddone, planteará también algunos desafíos a Uruguay, ya que tendrá que aplicar a sus exportaciones unos estándares más exigentes.
El ministro cree, además, que la alianza entre la UE y Mercosur va más allá de las relaciones comerciales. "Nuestros países tienen una alta influencia de la inmigración Europea de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y, por tanto, desde el punto de vista cultural, se podría constituir una comunidad económica políticamente potente en un entorno con muchas incertidumbres", asegura.
Precisamente, hace unos días, Cepal (el organismo de análisis económico para América Latina de la ONU) instó a América Latina a acercarse a Asia y a la UE para contrarrestar los efectos negativos que está teniendo la agresiva política de aranceles impuesta por el presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump en el comercio internacional.
Uruguay ha salido relativamente bien parado en el nuevo contexto de aranceles, ya que sus exportaciones hacia EEUU sólo han sido gravadas con la tasa mínima del 10%.
A pesar de ello, el país ha puesto en marcha una estrategia de diversificación de riesgos: "nuestro principal socio comercial en materia de bienes es China; sin embargo, como ocurre en la mayoría de los países de Latinoamérica, en materia de servicios nuestro socio comercial más relevante es EEUU. Me refiero a servicios de alto valor agregado, esencialmente software y servicios profesionales", asegura Oddone.
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