- E.BALAGUER Nueva York
La inteligencia artificial se ha sumado a la carrera espacial de la mano de Google.
El gigante tecnológico trabaja con discreción para instalar centros de datos más allá de la atmósfera a partir de 2027, que serán alimentados con energía solar.
El proyecto era un secreto hasta el pasado domingo cuando el directivo ejecutivo de la compañía, Sundar Pichai, confirmó su existencia en una entrevista con la periodista Shannon Bream en Fox News Sunday. "Vamos a escalar el aprendizaje automático en el espacio", aseguró el ejecutivo.
La investigación que lleva a cabo Google lleva por nombre 'Proyecto Suncatcher' -'Proyecto Atrapasol', en español- y tiene una visión a largo plazo porque, según sostiene Pichai, dentro de una década, construir centros de datos extraterrestres "será normal".
"Daremos nuestro primer paso en 2027", confirmó el directivo. "Enviaremos bastidores diminutos con máquinas, los instalaremos en satélites, los probaremos y, a partir de ahí, empezaremos a escalar", describió el proceso.
Este anuncio de Google se produce en medio del creciente escrutinio global sobre la demanda energética de los centros de datos. Numerosos organismos, activistas y administraciones locales advierten del impacto negativo de estos centros sobre el medio ambiente y los recursos naturales de las zonas donde se encuentran.
La Organización de las Naciones Unidas alerta de que los efectos de la IA son nocivos en varios aspectos. Desde la extracción de minerales raros necesarios para su desarrollo y los microchips que la alimentan hasta las enormes cantidades de residuos electrónicos que produce, el agua necesaria para operar y refrigerar los centros de datos, así como los gases de efecto invernadero que producen.
"Aún desconocemos mucho sobre el impacto ambiental de la IA, pero algunos de los datos que tenemos son preocupantes", declaró en noviembre Sally Radwan, directora digital del Programa de la ONU para el Medio Ambiente. "Debemos asegurarnos de que el efecto neto de la IA en el planeta sea positivo antes de implementar la tecnología a gran escala", añadió.
El plan de Google es desviar parte de ese impacto ambiental fuera del planeta. En este sentido, Pichai explicó que uno de los objetivos "ambiciosos" de Google es descifrar cómo aprovechar mejor la energía solar, que es cien billones de veces más potente que la que se produce en la actualidad en toda la Tierra para hacer funcionar los centros de datos.
Aunque la compañía todavía no ha averiguado cómo hacer realidad el asalto a los cielos, espera que en dos años haya una TPU "en algún lugar del espacio", declaró el ejecutivo, refiriéndose al chip de IA personalizado de la compañía.
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