- ÁNGEL PEÑA
El encuentro sobre los Retos y el Futuro de la de la Industria Agroalimentaria Española arrancó con una mesa redonda dedicada a una tendencia bien anclada en el presente: Crecimiento de la marca de distribución. Si varias consultoras estiman que en Europa tiene una penetración de alrededor del 40%, en España el 64% de los consumidores opta por las conocidas como marcas blancas de manera exclusiva o mayoritaria.
Sobre lo que hay ahora en el horizonte debatieron Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario; David Senchermés, presidente y Ceo de Apisol; Mónica Díez, directora de Relaciones Externas de Patatas Meléndez; Joaquín Félix Vicente, director Financiero de Verdifresh (Foodiverse), y Roberto Robles, director general de Lactiber.
Yuste quiso empezar "poniendo en valor el trabajo y esfuerzo del sector primario por producir nuestros alimentos. Trabajan 24 horas al día los 365 días al año para nosotros, los consumidores; en pandemia, en crisis de sanidad animal, con apagón, con bloqueos en los transportes... Siempre han demostrado ser un sector esencial y estratégico para este país". Entre los retos y dificultades, señaló "el relevo generacional, la gran dificultad para encontrar trabajadores agrarios, el hacer atractivo, conciliable y menos penoso el trabajo en el sector y la apuesta por tecnificar más el campo con innovación, digitalización y mecanización".
También mencionó el "tsunami regulatorio", que Senchermés ilustró con el caso concreto de su negociado, la miel: "Es de los pocos productos del sector con directiva propia... Modificada cuatro veces en los últimos años. La burocracia europea es muy garantista, sí, pero muy poco ágil: cuando termina su proceso, el sector ya ha cambiado. El nuestro es un ejemplo claro de lo que la hiperregulación implica de pérdida de productividad e incremento de costes". Por contra, consideró como aspecto más positivo de la marca de distribución la "clara evolución hacia la calidad desde el precio como gran herramienta para competir. Conjugar ambos requiere una visión clara, con relaciones de largo plazo basadas en la confianza".
Díez insistió en "la confianza en el retailer" y sostuvo que "el consumidor ha interiorizado la calidad de la marca propia y en muchos casos incluso la considera equivalente. El consumidor español es muy reactivo al precio. Busca un producto eficiente y fiable". En este sentido, Yuste recordó el "esfuerzo de toda la industria y la distribución españolas por contener la inflación en el precio final de los alimentos. Tenemos una de las cestas de la compra más baratas de la UE".
"Fabricamos productos saludables", se jactó Vicente, que no eludió retos como el de la "competitividad para acometer inversiones en la tecnificación de los procesos agrícolas e industriales". Robles destacó como obstáculo para alcanzar el punto óptimo de competitividad "el absentismo, fundamental sobre todo en el apartado industrial, donde lo importante es la mano de obra".
Finalmente, Yuste instó a "trabajar por forjar alianzas entre todos los eslabones de la cadena agroalimentaria", y a luchar por la "rentabilidad económica para garantizar la sostenibilidad social y medioambiental". También recordó el papel de "la presión demográfica", y concluyó que "existe una clara apuesta de la industria y la distribución española por la alimentación".
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