Se ha visto tradicionalmente como algo lejano, pero los nuevos desarrollos en imanes, la IA y el aumento de las inversiones hacen prever que llegue mucho antes. España cuenta con un proyecto puntero.
"Se busca profesional para formar parte del departamento de Ingeniería, centrará su actividad en el diseño y la implementación de las celdas calientes en IFMIF-DONES". Setrata de una oferta de empleo del último mes para el acelerador de partículas IFMIF-DONES, en Escúzar (Granada). Un anuncio que sigue a otros recientes solicitando doctores en ingeniería para el mismo proyecto.
Oliverio Álvarez, socio responsable de Energy, Resources & Industrials de Deloitte, comenta que "llevamos lustros diciendo que la fusión nuclear llegará 'dentro de 25 años', pero eso está cambiando con los nuevos desarrollos de imanes y la inteligencia artificial".
Sehila González, global director for Fusion Energy de Clean Air Task Force, que cuenta con más de 18 años de experiencia en tecnologías y materiales de fusión, lo confirma: "La fusión está más cerca de convertirse en realidad que nunca, impulsada por los recientes logros científicos, como la obtención de energía neta de fusión en el Lawrence Livermore National Laboratory. Nuevas tecnologías, como los imanes superconductores de alta temperatura y alto campo así como las herramientas avanzadas de diseño y optimización basadas en inteligencia artificial, están acelerando el progreso".
Quizá lo más relevante sea la entrada de capital privado en este campo -que ya supera los 14.000 millones de dólares a nivel global- lo que ha transformado la fusión de una actividad puramente científica a otra con un enfoque más comercial y orientado a resultados.
La tecnología de fusión nuclear promete ser el grial de la energía: "50 gramos de litio (extraídos de 280 litros de tierra) y 12 gramos de deuterio (a partir de 400 litros de agua) equivalen a 300 toneladas de petróleo, el consumo energético de toda una vida de un ciudadano europeo", según Carlos Alejaldre, presidente del Consejo de Gobernanza de Fusion for Energy. Expertos mundiales "calculan que en 20 años se podría iniciar el despliegue comercial de la fusión", explica un reciente informe del think tank Future TrendsForum, de la Fundación Innovación Bankinter. Otros expertos creen que será antes.
La IA va a ser clave en la aceleración de los procesos necesarios para desarrollar la fusión. Y los avances en imanes, también. En la edición de 2025 de las Perspectivas del OIEA sobre la fusión en el mundo se presta especial atención a los imanes superconductores de alta temperatura (HTS), que podrían revolucionar el diseño de las instalaciones de fusión de próxima generación.
Cuatro áreas
Cuatro áreas son fundamentales para acelerar la trayectoria de la fusión, según explica Sehila González. En primer lugar, aún persisten retos tecnológicos clave, especialmente la integración de todos los sistemas necesarios para una central de fusión plenamente operativa. Segundo, se necesitan políticas públicas de apoyo -como financiación basada en hitos y asociaciones público-privadas- para avanzar de los experimentos a escala de laboratorio hacia las plantas de demostración.
En tercer lugar, los países deben contar con marcos regulatorios claros, proporcionados y adaptados a la fusión, algo en lo que Estados Unidos y Reino Unido han sido pioneros desde 2023. Por último, se requiere una inversión de capital significativa para construir la primera generación de máquinas de demostración que abrirán el camino hacia la adopción comercial.
Un claro ejemplo de iniciativa que puede acelerar la fusión es el IFMIF-DONES de Granada, la única instalación en el mundo diseñada para producir los neutrones de alto flujo necesarios para ensayar y calificar materiales destinados a futuras centrales de fusión. Con él, "España dispone de importantes oportunidades para la industria, la investigación y la creación de empleo de alto valor añadido", dice González.
Entre las múltiples aplicaciones que se esperan de esta tecnología, se prevé que la energía de fusión desempeñará un papel importante a la hora de satisfacer la creciente demanda mundial de electricidad limpia de carga base. La Agencia Internacional de la Energía Atómica recoge datos de una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): "En la hipótesis de costes de capital más baja, de 2.800 dólares/kW en 2050, la contribución de la fusión a la generación de electricidad podría alcanzar hasta el 50% en 2100. Incluso en la hipótesis de coste más elevada, 11.300 dólares/kW, se prevé que la energía de fusión alcance el 10% de la generación mundial de electricidad ese año".
"Cuando la fusión alcance su despliegue comercial, transformará el panorama energético mundial", asegura Sehila González, y añade, "más allá de las emisiones, contribuiría a lo que muchos llaman 'adición energética': satisfacer la creciente demanda eléctrica derivada de la digitalización y la infraestructura de IA, al tiempo que mejoraría la disponibilidad energética para toda la sociedad. En definitiva, la fusión podría convertirse en un pilar de la abundancia energética, impulsando tanto el crecimiento económico como la mejora de la calidad de vida".
Un proyecto único en Granada
Recreación del futuro acelerador.IFMIF-DONES son las siglas de International Fusion Materials Irradiation Facility - DEMO-Oriented Neutron Source (Instalación Internacional de Irradiación de Materiales de Fusión - Fuente de Neutrones Orientada a DEMO). Se trata de un proyecto único en el mundo, desarrollado en Escúzar (Granada), donde ya se trabaja en el objetivo de apoyar el desarrollo de la energía de fusión mediante el ensayo y la calificación de los materiales que se utilizarán en los futuros reactores de fusión.
El papel de Europa y España
"Europa puede desempeñar un papel central en el panorama global de la fusión, siempre que adopte una estrategia coherente y orientada a la comercialización", dice Sehila González. La prioridad debe ser desarrollar un sector industrial de fusión competitivo, que permita a las empresas privadas escalar tecnologías y competir a nivel global, con claros beneficios estratégicos para la seguridad energética europea y su liderazgo tecnológico. El continente ya se encuentra en una posición privilegiada: es el mayor socio de ITER. En el caso de España, al albergar el IFMIF-DONES, "se posiciona como un actor estratégico en el desarrollo global de la fusión".
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