Saturday, 06 de December de 2025
Economía

Los gurús en la sombra que ayudaron a levantar imperios como SpaceX y Apple

Los gurús en la sombra que ayudaron a levantar imperios como SpaceX y Apple
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Gwynne Shotwell dirige el día a día de SpaceX desde 2008, Jeff Wilke hizo posible que Amazon enviara paquetes en 24 horas y Stanley Druckenmiller le dio la idea a George Soros de apostar contra la libra. Leer
EMPRESASLos gurús en la sombra que ayudaron a levantar imperios como SpaceX y Apple 6 DIC. 2025 - 00:14

Gwynne Shotwell dirige el día a día de SpaceX desde 2008, Jeff Wilke hizo posible que Amazon enviara paquetes en 24 horas y Stanley Druckenmiller le dio la idea a George Soros de apostar contra la libra.

Charlie Munger decía que era "una tontería" que alguien atribuyera su éxito a su propia brillantez y trabajo duro. Siempre recordaba que, cuando era un niño, un perro callejero le atacó a él y a una amiga mientras jugaban en un columpio. A él no le pasó nada pero la chica, víctima de un mordisco, falleció a causa de la rabia. Esta experiencia marcó a alguien que acabaría convirtiéndose en uno de los inversores más admirados y exitosos de Estados Unidos, pues siempre hizo gala de una modestia extraordinaria.

Esta cualidad es imprescindible para aquellos que asumen el rol de mano derecha de un líder carismático al que apuntan todos los focos. Warren Buffett, considerado el mejor inversor del siglo XXI, tuvo la suerte de contar con Munger a su lado, pero muchos otros empresarios de éxito han disfrutado la ayuda de otras figuras que, sin alcanzar tanta relevancia como el icónico inversor de Omaha, jugaron un papel crucial en la construcción de algunas de las empresas más valiosas del mundo.

Gwynne Shotwell y JB Straubel, por ejemplo, han desempeñado un rol esencial en el crecimiento de SpaceX y Tesla por lo que, sin su trabajo, Elon Musk quizá no sería el hombre más rico del mundo. Lo que es seguro es que Larry Ellison nunca le habría superado sin la apuesta de Oracle por los centros de datos, movimiento liderado por Safra Catz. Tanto esta directiva como Jeff Willke, el cerebro artífice de que se puedan recibir paquetes de Amazon en un solo día, no han tenido problema en criticar en privado a su respectivo superior cuando consideraban que se estaba equivocando en algo. Tampoco los tuvo Charlie Munger, pues solo con modestia no se llega a ser un líder en la sombra de Wall Street.

Gwynne Shotwell | SpaceX

Elon Musk devoró libros de ciencia ficción en su infancia y SpaceX es su gran proyecto para que el ser humano, como ocurre en sus novelas favoritas, conquiste el espacio. Pero no basta con soñar a lo grande. Hay que saber convertir grandes ideas en un negocio sostenible, y esa labor le corresponde a Gwynne Shotwell.

Esta ingeniera mecánica fue una de las primeras contrataciones del fabricante de cohetes tras su fundación, cuando no era más que una 'start up' con media docena de empleados que Musk había puesto en marcha aprovechando el dinero que había ganado con la venta de PayPal a eBay. Shotwell trabajaba por entonces en Microcosm, otra empresa de la industria espacial en la que combinaba sus habilidades de ingeniería y ventas.

SpaceX fichó a uno de sus compañeros en 2002 y, después de que ambos fueran a cenar para celebrarlo, este le invitó a la sede del grupo para conocer a Musk. La conversación no duró más de diez minutos, tiempo suficiente para que ella quedara impresionada por los conocimientos del empresario y le recomendara contratar a alguien que se encargara de promocionar las bondades del artefacto que estaban desarrollando, el Falcon 1, en la Administración estadounidense. Ella no se postuló para el puesto, pero Musk le hizo una oferta.

Dudó durante unos días, pues se encontraba muy cómoda en su puesto de trabajo, pero el potencial que veía en un proyecto recién nacido la terminó por convencer.

Shotwell comenzó en SpaceX como vicepresidenta de Desarrollo de Negocios, pero en diciembre de 2008 fue ascendida a presidenta y directora de operaciones. Desde entonces, sus tareas van desde supervisar el día a día de la empresa hasta cuidar las relaciones con la NASA y otros clientes. Entre sus logros y responsabilidades se encuentran el haber vendido los primeros vuelos gubernamentales y comerciales en años críticos para la compañía, supervisar operaciones de lanzamiento del Falcon 9 o el Falcon Heavy y mantener a Musk alejado de reguladores y problemas operativos.

Durante el largo proceso de adquisición de Twitter fue quien se encargó de tranquilizar al entonces administrador de la NASA, Bill Nelson, que estaba preocupado de que la operación distrajera a Musk o pudiera afectar al funcionamiento de su socio más importante.

Desde entonces, el político estadounidense defiende que el fichaje de Shotwell es "una de las decisiones más importantes que Musk jamás ha tomado". Lidera SpaceX con puño de hierro, pero con guante de terciopelo, pues combina su firmeza y determinación con un carácter cercano. La receta le ha dado grandes resultados. De lo contrario, no llevaría 23 años dirigiendo la empresa de los sueños de Elon Musk.

Charlie Munger | Berkshire Hathaway

"El arquitecto de Berkshire Hathaway". Así definió Warren Buffett a su amigo Charlie Munger en la carta que escribió para rendirle tributo tras su fallecimiento en 2023. El mejor inversor del siglo XXI no escatimó en elogios sobre quien fue su mano derecha durante 48 años.

Originarios los dos de Omaha, su relación comenzó mucho antes de unir fuerzas, pues Munger trabajó en su infancia en la tienda de comestibles del abuelo de Buffett. Sin embargo, fue en una cena de 1959 cuando se conocieron de verdad. "Creo que Warren sintió que Charlie era la persona más inteligente que había conocido, y creo que Charlie sintió que Warren era la persona más inteligente que había conocido", recordó décadas más tarde Susan, la primera mujer de Buffett.

Como vicepresidente de Berkshire desde 1975, Munger nunca trató de eclipsar a Buffett, que le veía como un hermano mayor. "Incluso cuando sabía que tenía razón, me daba las riendas, y cuando cometía un error, nunca, jamás, me lo recordaba", dijo el 'oráculo de Omaha' en 2023.

Se complementaban a la perfección incluso en las multitudinarias juntas de accionistas. Mientras que Buffett dedicaba varios minutos a responder cualquier pregunta, Munger cerraba de forma tajante aquellas que veía irrelevantes. "Bueno, prefiero tirarme una víbora en la pechera que contratar un asesor de compensaciones", sentenció cuando le preguntaron por la remuneración de sus directivos.

Desde el punto de vista puramente empresarial, Munger tuvo un gran peso en la filosofía de inversión de Buffett, quien en sus comienzos siempre primaba el precio al que podía adquirir la empresa sobre la calidad del negocio. Le hizo ver que era mejor comprar una gran compañía a un precio razonable que una empresa mediocre a precio de ganga antes incluso de convertirse en vicepresidente, pues en 1971 le insistió en que se hiciera con las tiendas de chocolate See's Candy. Buffett cedió, a pesar de sus reticencias iniciales, a cerrar una operación que le reportó 2.000 millones de dólares en beneficios acumulados en las décadas siguientes.

Por otra parte, el interés de Munger en la tecnología y la ingeniería animó a su socio a invertir en el fabricante chino de coches eléctricos BYD en 2008. Se hicieron con el 10% del grupo por 230 millones de dólares, participación que fueron vendiendo progresivamente hasta liquidarla en septiembre de este año con grandes plusvalías. Una vez más volvió a funcionar lo que siempre le decía Munger a Buffett cuando no estaban de acuerdo. "Warren, piénsalo bien y estarás de acuerdo conmigo porque eres inteligente y tengo razón".

JB Straubel | Tesla

JB Straubel no participó en la creación de Tesla. Fue el quinto empleado que contrató la compañía, pero ni aportó capital ni estuvo en el momento en que nació la idea de lanzar un fabricante de coches. Sin embargo, su amigo Elon Musk, además de nombrarle director de Tecnología (CTO), peleó para que fuera reconocido como fundador. El hombre más rico del mundo quería agradecerle de antemano el valioso trabajo que iba a hacer en una compañía recién nacida que acabaría siendo la más valiosa de su sector en Bolsa.

Straubel fue el principal responsable del diseño y la optimización de los sistemas de baterías de Tesla, que son el componente más crítico en los vehículos eléctricos. También lideró la conceptualización y construcción de la gigafactoría de Nevada, la primera que levantó la marca, y colaboró en la creación de la amplia red de estaciones de carga que ofrecen a sus clientes.

Este estudiante de Stanford es un ingeniero al que siempre le apasionó la electricidad y la química y que ha llegado a cambiar bombillas de habitaciones de hoteles que consideraba poco eficientes. Esto no le priva de tener un espíritu competitivo al que daba rienda suelta en carreras de coches durante su etapa universitaria, cuando reconvirtió un viejo Porsche en un coche completamente eléctrico.

Frente al 'showman' que era -y es- Musk, Straubel mantuvo un perfil mediático bajo durante los 15 años que estuvo en Tesla. Precisamente, ha sido tras su marcha cuando ha promocionado más su figura.

En 2017, dos años antes de dejar su cargo ejecutivo en el grupo, Straubel fundó Redwood Materials, una empresa enfocada en el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos y la creación de una cadena de suministro circular para los materiales de este componente. La empresa ya controla cerca del 90% del reciclaje de baterías de litio en América del Norte, lo que equivale a unos 250.000 acumuladores de energía al año. Con este proyecto busca reducir la dependencia estadounidense de China en materia de minerales críticos, pues el gigante asiático domina la mayor parte de las cadenas globales de suministro de estos materiales.

Steve Wozniak | Apple

Diseñó un metrónomo explosivo en el instituto, hackeó el sistema informático de su primera universidad, construyó unos aparatos que permitían hacer llamadas gratuitas... Con este historial de inventos, no es de extrañar que, allá donde esté, Steve Wozniak siempre se considere la persona más inteligente. Eso sí, no tiene reparos en reconocerse como la más inepta socialmente. Pero de esto no se tuvo que preocupar cuando cofundó Apple con Steve Jobs. Su tocayo se encargó del lado comercial, mientras que él se focalizó plenamente en diseñar el mejor ordenador posible.

El resultado fue el 'Apple I', dispositivo que no fue un éxito en ventas, pero es considerado un hito técnico por ser una de las primeras computadoras personales. Además, sentó las bases para el 'Apple II', también calificado como una proeza de la ingeniería que introdujo gráficos en color, sonido básico y un diseño que facilitaba su uso doméstico. Gracias a su gran acogida en las tiendas, Apple protagonizó en 1980 la salida a Bolsa más importante de una tecnológica, lo que convirtió a Jobs y Wozniak en multimillonarios.

Sin embargo, este hito marcó el inicio del fin de la etapa de Wozniak en la compañía de la manzana. Tras el fracaso del 'Macintosh III', que atribuyó a que los criterios del resto de directivos primaron sobre los suyos, su aportación en el Macintosh fue menor por un accidente aéreo en 1981, el cual le costó estar un tiempo de baja y perder relevancia a nivel interno, y en 1985 abandonó el grupo por estar frustrado por la dirección. Percibía que le menospreciaban a pesar de que el 'Apple II', su gran creación, aportó la mayoría de las ventas del grupo durante casi una década.

Su relación con Jobs tras dividir sus caminos fue cordial, pero distante, pues le costaba tolerar en ciertos momentos una actitud que calificaba de "odiosa". "Entraba en las reuniones y simplemente decía: 'Olvídalo. Todo es una tontería. No lo estás haciendo', y se iba diciendo: 'Sois todos unos idiotas", recuerda.

La biografía de Wozniak, publicada en 2006, tampoco sirvió para limar asperezas, pues en ella revelaba que Jobs le pagó menos de la mitad de lo que le correspondía por un encargo de Atari en el que necesitó su ayuda. Al prestigioso ingeniero no le sorprendió que su colega se negara a escribir el prólogo de la obra. "Quizás le faltó tiempo", sentenció Wozniak.

Jeff Wilke | Amazon

"Es simplemente una de esas personas sin las cuales Amazon sería completamente irreconocible", dijo Jeff Bezos cuando su tocayo y mano derecha, Jeff Wilke, anunció en agosto de 2020 que dejaba la que había sido su casa durante 21 años. Procedente de AlliedSignal (hoy Honeywell), el CEO de Amazon Worldwide Consumer fue el arquitecto del modelo logístico y operativo que permitió a la compañía escalar a nivel mundial. Es decir, el responsable de que se puedan recibir paquetes de Prime en uno o dos días.

Su fichaje tuvo lugar dos años después del debut en Bolsa de la empresa, que apenas tenía cinco almacenes y aún no había cerrado un ejercicio fiscal con beneficios. De hecho, sus limitados recursos obligaban entonces a los directivos a ayudar con el embalaje de algunos paquetes durante la época navideña. En cambio, cuando Wilke se marchó, en Amazon se realizaban el 38% de las ventas por Internet en Estados Unidos.

Conocido por su enfoque agresivo en las reuniones, que le llevaba a no rehuir una discusión, también fue quien instauró la cultura interna que sigue rigiendo Amazon en la actualidad. Introdujo métricas de rendimiento extremadamente detalladas, hizo que el foco de la compañía estuviera en la experiencia del cliente, dejando en segundo plano a la competencia, y estableció los valores con los que se deben identificar aquellos que ocupan cargos de responsabilidad. Entre ellos está el de no tener miedo a grandes errores, pues todos los grandes hombres de negocios los cometen.

Lo irónico es que, cuando le preguntaban a Wilke que pusiera un ejemplo, en lugar de hablar de un fallo suyo, lo hacía de quien era su jefe. En concreto, del lanzamiento de Kindle. "Predije que la rentabilidad sería baja, que podríamos no cumplir con nuestra primera fecha de lanzamiento... Muchas de las cosas que predije finalmente sucedieron. Pero no importó", dijo el entonces vicepresidente de operaciones.

Stanley Druckenmiller | Quantum Fund

"No se confundan, la idea de apostar contra la libra fue de Stanley Druckenmiller. El apoyo de George Soros fue lo que le llevó a tomar una posición gigantesca". Estas palabras son de Scott Bessent, actual secretario del Tesoro y que en la década de los 90 trabajó con ambos en la oficina londinense de Quantum Fund.

Por entonces, el magnate húngaro ya contaba con una reputada trayectoria, pues había cerrado ejercicios con rentabilidades superiores al 30%, pero esta operación contra la divisa británica fue la que le aupó al Olimpo de los mejores inversores de la historia. Sin embargo, esta no habría tenido lugar sin el consejo de quien fue el gestor principal de su hedge fund entre 1988 y 2000.

Druckenmiller comenzó su carrera en el Pittsburgh National Bank, del que salió en 1981 para fundar Duquesne Capital Management. Su buen hacer le llevó a ser nombrado director de Dreyfus, aunque tanto en esta ocasión como en su posterior etapa en Quantum compaginó sus responsabilidades con la dirección de su propia firma.

Su estrategia consistía en analizar los grandes desequilibrios macroeconómicos globales, identificar cuándo los gobiernos o bancos centrales sustentaban situaciones insostenibles y, una vez alcanzaba una alta convicción, concentrar el dinero en pocas apuestas.

El dinero que ganó en el famoso 'Miércoles Negro' demostró la fiabilidad de su metodología. "Estaba muy orgulloso porque hasta ese momento Soros nunca había ganado 1.000 millones de dólares en una apuesta", contó a 'Bloomberg' un prestigioso cirujano de Pittsburgh con el que Druckenmiller jugaba al golf.

Safra Catz | Oracle

"Safra Catz dirige la empresa, no Charles Phillips", dijo un directivo de la industria tecnológica a 'Fortune' en 2009. Por entonces, Phillips era presidente de Oracle y Catz, directora financiera y vicepresidenta de la estadounidense.

Se trataba de una completa desconocida, pues Larry Ellison acaparaba toda la atención mediática como CEO y máximo accionista del grupo, aunque la situación no le incomodaba en absoluto. "Soy solo una persona, ¿sabes? No necesito salir en televisión ni subirme al escenario", afirmó en 2006.

Procedente del mundo financiero, su fichaje en 1999 generó desconcierto, pero en la actualidad se le atribuye el mérito de que el grupo se encuentre entre las 20 empresas más valiosas del mundo. Es más, fue su apuesta por los centros de datos la que provocó que Ellison superara efímeramente a Elon Musk como la persona más rica del mundo.

Catz, que fue co-CEO desde 2014 y CEO única desde 2019 hasta 2025, fichó por Oracle en un momento en el que su margen de beneficio llevaba años estancado en el 22% por su elevada fragmentación, pues el grupo "era como 70 pequeñas compañías, cada una con su propio líder". En solo un año pasó al 35%.

Además de corregir esto, impulsó una ambiciosa política de adquisiciones que incluyó Sun Microsystems, PeopleSoft, Siebel y BEA por un total de 30.400 millones de dólares. Siempre dio una gran relevancia al frío dato sobre teorías o sensaciones, mientras que su personalidad se complementó a la perfección con la de su jefe, que delegaba en ella la operación del día a día mientras él daba las grandes directrices desde su casa de Malibú.

Con el paso de los años ha trascendido que solo ella tenía el valor de llamar la atención al magnate cuando este se levantaba de las reuniones por aburrimiento.

Sheryl Sandberg | Meta

Ahora parece obvio, pero en 2008 había muy pocas personas con una idea clara de cómo hacer rentable una página web en la que los usuarios publicaban sus fotografías favoritas. Una de estas era Sheryl Sandberg, que en 2008 fichó por Facebook procedente de Google con un objetivo claro: concienciar a Mark Zuckerberg de la importancia que tenía el negocio publicitario y de que debían sacar partido de la gran cantidad de datos que se registraban cada día en el portal.

Sus ideas convencieron por completo al joven gurú tecnológico, que delegó en Sandberg la monetización de la enorme base de usuarios de la plataforma. A ella en ningún momento se le hace referencia en la película La red social (2010), pero existe consenso absoluto entre los expertos de que Facebook no sería Facebook sin sus ideas.

Los números hablan por sí solos. El grupo pasó en 13 años de ingresar 800 millones de dólares a facturar 100.000 millones. Más allá de crear desde cero el modelo de negocio de Facebook, Sandberg también se esforzó en convencer a grandes anunciantes de que merecía la pena promocionar su logo en la web, pero no con reuniones serias en las que solo se hablaba de cifras y proyecciones, sino con lujosas cenas en su casa de Menlo Park. Pero de estas citas no subía ninguna foto a Facebook.

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Fuente original: Leer en Expansión
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