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Cultura

Mihail Sebastian, la traición del maestro

Mihail Sebastian, la traición del maestro
Artículo Completo 735 palabras
En los años 30 del pasado siglo en los que, como decía el gran escritor austrohúngaro antinazi Ödön von Horváth , la raza de cada cual era un asunto que se dirimía preferiblemente a través de una pistola o un cuchillo , nacer en según qué lugares de la Europa Central y llamarse de una forma u otra, bien Mihail Sebastian (con ecos plenamente rumanos) o bien Iossif Hechter (sospechosamente judío), aunque se fuera la misma persona, marcaba fatalmente el destino de cualquiera.En la singular y escandalosa (por toda la furia intelectual e ideológica que rodeó su aparición en 1934) novela de carácter autobiográfico 'Desde hace dos mil años', Mihail Sebastian, autor de un insustituible y magnífico 'Diario' de aquel periodo, se pondría a reflexionar sobre su condición de ser judío , en un momento de ascenso imparable de los más feroces extremismos europeos, acompañados de una brutal crispación política , sin precedentes.'Desde hace dos mil años' Autor Mihail Sebastian Editorial Impedimenta Páginas 380 Precio 21,80 eurosSebastian, escudándose en las peripecias de su protagonista, joven estudiante judío de la universidad de Bucarest, dibujaría un paisaje realmente desolador y vergonzoso de aquel peligroso encarnizamiento del antisemitismo . En su obra aparecerían los principales intelectuales de su tiempo, algunos disfrazados con otros nombres, como sería el caso de Cioran , de Camil Petrescu o el maestro de todos ellos, Nae Ionescu. Todos eran entusiastas aliados de los Guardias de Hierro, los fascistas locales, lo mismo que Mircea Eliade, en un proceso imparable y nihilista, de extrema derecha y rinocerontización (como rezaba la obra de Ionesco, 'El rinoceronte').Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si 'Manía epistolar', de Cioran: las cartas del aciago demiurgo César Antonio MolinaNacido en 1907, en Braïla (Rumanía), Sebastian fallecería al final de la guerra, en 1944, atropellado por un camión ruso, a la llegada de la liberación . El joven escritor de veintisiete años (ya había publicado la magnífica 'Mujeres', algo antes de la también bellísima 'La ciudad de las acacias'), dada la admiración y fascinación que sentía por Ionescu, le pidió un prólogo para esta dolorosa novela testimonial. Un relato que, entre 1923 y 1933, refugiándose en un personaje novelesco, narraría la vida de un joven estudiante judío enfrentado a un antisemitismo recurrente, desatado y violento , que opera, sin un minuto de descanso, con las más peregrinas e idiolátricas razones, desde hace dos mil años. Algo que a él le hace interrogarse sobre la causa de esa fijación virulenta e irracional.La sorpresa vino cuando su adorado y carismático mentor escribe para 'Desde hace 2.000 años' un prólogo ferozmente antisemitaLa sorpresa vendrá cuando su adorado y carismático maestro (en el que, como dice en su prólogo la siempre excelente traductora Marian Ochoa de Eribe, «veía el modelo de virtudes que buscaba: una inteligencia deslumbrante, originalidad de pensamiento, una extraordinaria preparación filosófica, un estilo profético y oracular») escriba para su obra un prólogo ferozmente antisemita , cargado de insultos y dirigido a ese «Judá que sufre y debe sufrir», que vive «en el seno de unos pueblos a los que no puede evitar odiar», representante tan solo de una raza destinada «a disolver los valores cristianos». Un «conflicto constante» que, a veces, requería de «soluciones radicales». Unos años antes del Holocausto , algunas de estas frases producen hoy auténtico terror.Aunque estupefacto, y hundido en la más profunda decepción, aquel elegante dandy de entreguerras que era Sebastian decidiría incluir el insultante prólogo junto a su obra: «Mi única venganza posible». Más tarde publicaría un magnífico texto que se añade a esta estupenda edición actual, 'Cómo me convertí en húligan' : un verdadero ajuste de cuentas literario y existencial tras la traición de su maestro.

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En los años 30 del pasado siglo en los que, como decía el gran escritor austrohúngaro antinazi Ödön von Horváth, la raza de cada cual era un asunto que se dirimía preferiblemente a través de una pistola o un cuchillo, nacer en según ... qué lugares de la Europa Central y llamarse de una forma u otra, bien Mihail Sebastian (con ecos plenamente rumanos) o bien Iossif Hechter (sospechosamente judío), aunque se fuera la misma persona, marcaba fatalmente el destino de cualquiera.

En la singular y escandalosa (por toda la furia intelectual e ideológica que rodeó su aparición en 1934) novela de carácter autobiográfico 'Desde hace dos mil años', Mihail Sebastian, autor de un insustituible y magnífico 'Diario' de aquel periodo, se pondría a reflexionar sobre su condición de ser judío, en un momento de ascenso imparable de los más feroces extremismos europeos, acompañados de una brutal crispación política, sin precedentes.

Sebastian, escudándose en las peripecias de su protagonista, joven estudiante judío de la universidad de Bucarest, dibujaría un paisaje realmente desolador y vergonzoso de aquel peligroso encarnizamiento del antisemitismo. En su obra aparecerían los principales intelectuales de su tiempo, algunos disfrazados con otros nombres, como sería el caso de Cioran, de Camil Petrescu o el maestro de todos ellos, Nae Ionescu. Todos eran entusiastas aliados de los Guardias de Hierro, los fascistas locales, lo mismo que Mircea Eliade, en un proceso imparable y nihilista, de extrema derecha y rinocerontización (como rezaba la obra de Ionesco, 'El rinoceronte').

Nacido en 1907, en Braïla (Rumanía), Sebastian fallecería al final de la guerra, en 1944, atropellado por un camión ruso, a la llegada de la liberación. El joven escritor de veintisiete años (ya había publicado la magnífica 'Mujeres', algo antes de la también bellísima 'La ciudad de las acacias'), dada la admiración y fascinación que sentía por Ionescu, le pidió un prólogo para esta dolorosa novela testimonial.

Un relato que, entre 1923 y 1933, refugiándose en un personaje novelesco, narraría la vida de un joven estudiante judío enfrentado a un antisemitismo recurrente, desatado y violento, que opera, sin un minuto de descanso, con las más peregrinas e idiolátricas razones, desde hace dos mil años. Algo que a él le hace interrogarse sobre la causa de esa fijación virulenta e irracional.

La sorpresa vino cuando su adorado y carismático mentor escribe para 'Desde hace 2.000 años' un prólogo ferozmente antisemita

La sorpresa vendrá cuando su adorado y carismático maestro (en el que, como dice en su prólogo la siempre excelente traductora Marian Ochoa de Eribe, «veía el modelo de virtudes que buscaba: una inteligencia deslumbrante, originalidad de pensamiento, una extraordinaria preparación filosófica, un estilo profético y oracular») escriba para su obra un prólogo ferozmente antisemita, cargado de insultos y dirigido a ese «Judá que sufre y debe sufrir», que vive «en el seno de unos pueblos a los que no puede evitar odiar», representante tan solo de una raza destinada «a disolver los valores cristianos». Un «conflicto constante» que, a veces, requería de «soluciones radicales». Unos años antes del Holocausto, algunas de estas frases producen hoy auténtico terror.

Aunque estupefacto, y hundido en la más profunda decepción, aquel elegante dandy de entreguerras que era Sebastian decidiría incluir el insultante prólogo junto a su obra: «Mi única venganza posible». Más tarde publicaría un magnífico texto que se añade a esta estupenda edición actual, 'Cómo me convertí en húligan': un verdadero ajuste de cuentas literario y existencial tras la traición de su maestro.

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Colaboradora de ABC Cultural. Crítico de libros de literatura extranjera.

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Fuente original: Leer en ABC - Cultura
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