El Consejo de Ministros ha decidido este martes el cese de Antonio Hernández como director del Departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia. Él era la mano derecha en La Moncloa de Francisco Salazar, denunciado por acoso sexual por trabajadoras de su departamento. Este escándalo y, sobre todo, su gestión, están provocando un daño y un enfado pocas veces conocido en el seno del PSOE. De ahí que La Moncloa busque poner distancia ahora con el que fuera una de las personas de máxima confianza de Pedro Sánchez. "Los entornos o las personas que puedan estar al lado no son responsables de la conductas reprochables que una persona pueda tener".
La gestión del caso Salazar está ocasionando una importante brecha interna en el PSOE. Sobre todo por cómo se ha gestionado y el hecho de que se ignorase durante cinco meses la denuncia de dos mujeres que relataron en sus escritos situación de acoso sexual por parte de Salazar y señalaran a Hernández como encubridor. El propósito ahora es tratar de cerrar este asunto de manera contundente y lo antes posible. De ahí que se haya procedido al cese de Hernández, tras tener conocimiento este fin de semana de que las víctimas lo señalaban como cómplice, como publicó eldiario.es, y que el PSOE espera que en las próximas horas el Órgano contra el Acoso tenga redactado ya un informe contundente, que eleve a la secretaría de Organización, en el que ofrezca apoyo a las víctimas, incluido psicológico y jurídico. Precisamente el papel de la secretaria de Organización, Rebeca Torró, está siendo cuestionado de puertas hacia dentro.
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En La Moncloa, pese a que a día de hoy siguen sin tener conocimiento de ninguna denuncia en los canales anónimos habilitados para trasladar situaciones de acoso sexual, defiende que sigue siendo "un espacio seguro", pese a que las víctimas prefirieron denunciar en el PSOE y no en el complejo presidencial, que es el lugar donde ocurrieron los hechos. Y se aferran al hecho de haber ido apartando a los cargos de sus responsabilidades, eso sí, siempre cuando tenían conocimiento de sus comportamientos inadecuados a través de los medios.
"Ustedes conocen que desde el primer momento que tuvimos conocimiento y se publicaron en el diario.es los hechos, desde La Moncloa se cesó de manera fulminante a Francisco Salazar de sus responsabilidades. Este mismo fin de semana hemos conocido la posible implicación de un trabajador de Moncloa y no hemos dudado ni un segundo en su cese", ha expuesto Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, tras la reunión del Consejo de Ministros. En julio, cuando se conocieron los casos, desde el partido y Gobierno se explicó que era Salazar el que había renunciado voluntariamente.
Precisamente Alegría protagonizó una polémica escena cuando se conoció que había comido con Salazar, cuando ya se conocían las denuncias por acoso sexual. Hasta ahora, la portavoz del Gobierno circunscribía esto al ámbito de una relación personal. Este martes, dado el calado de la crisis, ha dado un paso más y ha reconocido que esa comida "no se tenía que haber producido y fue un error".
El relato que hace Alegría es el siguiente: "Él me llamó y yo acudí. Se podrán imaginar que después de conocer el contenido de las denuncias, el dolor y la indignación y la traición que puedo sentir yo o todo mi partido es absoluto. Pero ese dolor no es comparable al que pueden sentir las víctimas. Son ellas a las que hay que acompañar, cuidar y ayudar". Alegría no ha detallado para qué le llamó Salazar.