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La primera pregunta es obligada:¿se necesita un extra de corazón en este mundo cada día más dominado por las máquinas y su inteligencia, artificial? "Sí. Vivimos marcados por un cierto descontrol tecnológico y el corazón tiene que ser la brújula del siglo XXI frente a la modernidad que pone el acento en la técnica y la productividad", responde rotundo Óscar Corominas, autor de Corfulness. La revolución silenciosa del corazón (Corfull books), una publicación que detalla cómo modelar la vida personal, la jefatura empresarial y política y la sociedad en general en base a este órgano vital. "El corazón tiene la clave para dar sentido completo a la vida de las personas, para tratar de llegar a esa plenitud, a esa trascendencia. Es el centro de cada uno, donde se reúnen nuestras aspiraciones más profundas, como humanos y como líderes", añade el abogado y colaborador del MIT Professional Education como Learning Facilitator desde hace siete años donde ha implementado su metodología Corfulness en programas de alto rendimiento.
Hoy que "la inteligencia artificial y la automatización de los procesos hacen que muchos teman perder su puesto de trabajo, la gran transformación no es la tecnológica, sino la humana, con sus valores propios, como la creatividad, la empatía, el propósito, el generar vínculos... Esto jamás lo podrá imitar una máquina", recuerda el también asesor jurídico y estratégico en el Parlamento Europeo. A lo largo de la Historia, "los avances nos prometían bienestar y se ha alcanzado mucho. No obstante, en muchas ocasiones, esto no se ha traducido en armonía interna y actualmente hay altos índices de ansiedad o de depresión [solo por citar un par de datos, según la Organización Mundial de la Salud, con datos de septiembre, aproximadamente un 4,4% de la población mundial sufre un trastorno de ansiedad. Y con información del Ministerio de Sanidad, el trastorno depresivo aparece en el 4,1% de la población nacional]. El desarrollo, por tanto, no siempre genera satisfacción; estamos en un momento de crisis de identidad, de sentido, y pretendo, con esa teoría del Corfulness, que todos volvamos a conectar con el centro de la felicidad de cada uno: con el corazón".
Aplicado al mundo laboral, que la trayectoria profesional dura unas cuatro décadas, hay que dejarse seducir solo por los mejores, por jefes humanos, como quien elige a una buena pareja. "Llevo muchos años investigando cómo cambiar la mentalidad y la mirada de los directivos y cómo sintetizar el método", señala Corominas, profesor en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Para dotar de sentido al liderazgo empresarial, los ejecutivos "necesitan un parámetro que no resulta ser una de sus prioridades: la integridad, que se podría resumir en pensar, sentir y actuar conforme se vive", argumenta Corominas. "Significa tener coherencia y armonía interior", añade. "Pretendo ser un 3.0 de las teorías actuales, que solo hablan de desarrollo competencial. Yo, además, subrayo el propósito", precisa. Un alivio eso de no tener que disfrazarse con el traje de jefe para entrar en la oficina y poder mostrarse como en casa. "Esa integridad fundamental en un CEO hace que la plantilla esté más motivada a la hora de perseguir sus objetivos y propósitos. Es la base de su éxito y del de la compañía. Y resulta fundamental para renovar la sociedad", sentencia el experto, que acaba de volver de presentar su libro, disponible también en inglés, en Harvard Club of Boston.
Lideres acreditados
Corominas aspira a certificar a los jefes con corazón, que no quede solo en un propósito de buenas maneras. "Sería un título como el ISO 9001:2000 [que asegura la excelencia de los productos y servicios a través de un sistema de gestión de calidad], que garantice que ha incorporado este elemento en la cultura de la organización y en los procesos", adelanta. Sería con su sello Corfulness Certifed - Human Centered Leadership, que destaca la calidad humana y profesional del destinatario y, por tanto, que alinea los resultados positivos del negocio con el bienestar genuino de los empleados.
Para medirla, Corominas asegura que su modelo Corefulness gira alrededor de dos grandes movimientos: "El trabajo en la vida interior como primer rotor, cómo alinear el pensamiento, la emoción, la voluntad y el sentido para afinar esa brújula interior. Yun segundo que pone a prueba la coherencia interior adquirida en el punto anterior, su validación encarnada en la realidad. Este rotor se expresa a través de los cuatro ámbitos de influencia: vida familiar, profesional, pública y social. Hay que ser coherente en todos", insiste el experto en liderazgo. Porque el especialista da un paso más: avanza del learning by doing al learning by being. Y no se trata solo de actuar, sino de ser auténtico y real. Siempre, porque ambos movimientos son inseparables.
Para ganar músculo cardíaco y perfeccionar este engranaje, Corominas recomienda programas de formación, talleres, dinámicas de grupo y acompañamiento personal.
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