ECONOMÍA¿Qué ocurre tras tumbar el Congreso la senda fiscal? Hacienda tiene un mes para recomponerse
• JUANDE PORTILLO @JuandePortillo 28 NOV. 2025 - 01:47
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• Enviar por emailLa vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ayer.Europa Press
• El Congreso tumba la senda fiscal del Gobierno y anticipa un rechazo al Presupuesto
• La OCDE insta a España a embridar el gasto en pensiones y a reequilibrar sus impuestos
Montero se prepara para volver a impulsar los mismos objetivos de déficit en segunda vuelta y asegura que su fracaso no será impedimento para presentar proyecto presupuestario.
La Ley de Estabilidad Presupuestaria establece que si el Parlamento rechaza la senda fiscal propuesta por el Gobierno, como ocurrió ayer en la sonora derrota sufrida en el Congreso de los Diputados por Hacienda gracias al voto en contra de Junts, PP y Vox o la abstención de Unidas Podemos y Compromís, el Ejecutivo tendrá un plazo de un mes para volver a elevar objetivos de déficit ante las Cortes.
La senda fiscal defendida este jueves por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda pasa por rebajar el déficit público del 2,5% del PIB en el que se espera que cierre 2025 al 2,1% en 2026, el 1,8% en 2027 y el 1,6% en 2028. El reparto de este esfuerzo pasa por que ayuntamientos mantengan cada año equilibrio presupuestario; que las comunidades autónomas puedan incurrir en 0,1 puntos de déficit cada ejercicio; la Seguridad Social pase de dos décimas de desequilibrio a una; y que la Administración Central reduzca su agujero fiscal al 1,8% el próximo año, el 1,5% en 2027 y el 1,4% en 2028.
Ofrecer una nueva senda de estabilidad, que incluya un reparto diferente de déficit entre administraciones (central, autonómica, local y de Seguridad Social) exigiría a Hacienda convocar un nuevo Consejo de Política Fiscal y Financiera con los consejeros autonómicos del ramo donde le bastaría el apoyo de una región para sacarla adelante antes de volver a enviarla al Parlamento.
La propia vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anticipó ayer, sin embargo, que su intención es "volver a traer" la misma senda fiscal que ya fue tumbada ayer.
No hay precedentes de un segundo rechazo parlamentario, pero Hacienda interpreta que si vuelve a darse, como es previsible, los objetivos de déficit serían los comprometidos con Bruselas en el Plan Fiscal Estructural, que son los mismos de la senda rechazada pero no especifican el reparto de esfuerzos. En esa situación, aduce Hacienda amparándose en la Constitución, a las autonomías se les exigiría equilibrio presupuestario, por lo que perderían 5.500 millones de euros de margen de gasto que ganaría para sí el Ejecutivo central.
Airef, no obstante, asume que nadie podrá ganar realmente ese dinero por la constricción del gasto que imponen las reglas fiscales europeas.
En cualquier de los casos, Montero ha anticipado su intención de presentar igualmente un proyecto presupuestario para 2026, aunque sea ya avanzado febrero de ese año, para su votación en primavera que, eso sí, hoy por hoy no tiene visos de poder prosperar.
El nuevo proyecto presupuestario
Montero defendió, en cualquier caso, que esta es solo la antesala a los "Presupuestos en los que el Gobierno viene trabajando de forma intensa y para los que esperamos contar con el apoyo mayoritario de esta Cámara". "No es una tarea fácil pero nos vamos a dejar la piel", apuntó, prometiendo que las cuentas públicas irán en la "dirección de avanzar en crecimiento económico, la creación de empleo, la modernización y la senda de progreso, con un cambio de modelo productivo ante la retirada de los fondos europeos". Estas "cuentas públicas van a blindar el Estado del bienestar blindando sanidad, educación" y reforzarán "el colchón de seguridad de la clase media".
"Donde más ponemos el acento es en la juventud que tiene que ver que la política le escucha y se esfuerza en resolver sus problemas. Los Presupuestos contendrá oportunidades educativas, de empelo, soluciones de vivienda digna para los jóvenes de nuestro país". Serán, dijo "unas cuentas expansiva en los social que continuarán reduciendo déficit y deuda".
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Montero se prepara para volver a impulsar los mismos objetivos de déficit en segunda vuelta y asegura que su fracaso no será impedimento para presentar proyecto presupuestario.
La Ley de Estabilidad Presupuestaria establece que si el Parlamento rechaza la senda fiscal propuesta por el Gobierno, como ocurrió ayer en la sonora derrota sufrida en el Congreso de los Diputados por Hacienda gracias al voto en contra de Junts, PP y Vox o la abstención de Unidas Podemos y Compromís, el Ejecutivo tendrá un plazo de un mes para volver a elevar objetivos de déficit ante las Cortes.
La senda fiscal defendida este jueves por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda pasa por rebajar el déficit público del 2,5% del PIB en el que se espera que cierre 2025 al 2,1% en 2026, el 1,8% en 2027 y el 1,6% en 2028. El reparto de este esfuerzo pasa por que ayuntamientos mantengan cada año equilibrio presupuestario; que las comunidades autónomas puedan incurrir en 0,1 puntos de déficit cada ejercicio; la Seguridad Social pase de dos décimas de desequilibrio a una; y que la Administración Central reduzca su agujero fiscal al 1,8% el próximo año, el 1,5% en 2027 y el 1,4% en 2028.
Ofrecer una nueva senda de estabilidad, que incluya un reparto diferente de déficit entre administraciones (central, autonómica, local y de Seguridad Social) exigiría a Hacienda convocar un nuevo Consejo de Política Fiscal y Financiera con los consejeros autonómicos del ramo donde le bastaría el apoyo de una región para sacarla adelante antes de volver a enviarla al Parlamento.
La propia vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anticipó ayer, sin embargo, que su intención es "volver a traer" la misma senda fiscal que ya fue tumbada ayer.
No hay precedentes de un segundo rechazo parlamentario, pero Hacienda interpreta que si vuelve a darse, como es previsible, los objetivos de déficit serían los comprometidos con Bruselas en el Plan Fiscal Estructural, que son los mismos de la senda rechazada pero no especifican el reparto de esfuerzos. En esa situación, aduce Hacienda amparándose en la Constitución, a las autonomías se les exigiría equilibrio presupuestario, por lo que perderían 5.500 millones de euros de margen de gasto que ganaría para sí el Ejecutivo central.
Airef, no obstante, asume que nadie podrá ganar realmente ese dinero por la constricción del gasto que imponen las reglas fiscales europeas.
En cualquier de los casos, Montero ha anticipado su intención de presentar igualmente un proyecto presupuestario para 2026, aunque sea ya avanzado febrero de ese año, para su votación en primavera que, eso sí, hoy por hoy no tiene visos de poder prosperar.
El nuevo proyecto presupuestario
Montero defendió, en cualquier caso, que esta es solo la antesala a los "Presupuestos en los que el Gobierno viene trabajando de forma intensa y para los que esperamos contar con el apoyo mayoritario de esta Cámara". "No es una tarea fácil pero nos vamos a dejar la piel", apuntó, prometiendo que las cuentas públicas irán en la "dirección de avanzar en crecimiento económico, la creación de empleo, la modernización y la senda de progreso, con un cambio de modelo productivo ante la retirada de los fondos europeos". Estas "cuentas públicas van a blindar el Estado del bienestar blindando sanidad, educación" y reforzarán "el colchón de seguridad de la clase media".
"Donde más ponemos el acento es en la juventud que tiene que ver que la política le escucha y se esfuerza en resolver sus problemas. Los Presupuestos contendrá oportunidades educativas, de empelo, soluciones de vivienda digna para los jóvenes de nuestro país". Serán, dijo "unas cuentas expansiva en los social que continuarán reduciendo déficit y deuda".
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