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Esta novela corta de Ramiro Pinilla contiene un epílogo escrito por Miguel González San Martín que explica las circunstancias de su primera publicación en la colección de la revista 'Pérgola' en las que curiosamente se ha eludido la fecha, 1990.
Tal fecha es ... importante, pues coincide con la primera escritura del segundo volumen de la trilogía 'Verdes valles, colinas rojas' que tuvo una autoedición en esos años, pero que habría de consagrar literariamente a su autor al entregarla a Tusquets.
Pinilla ya había ganado el premio Nadal con 'Las ciegas hormigas' (1960), pero renunció a la fama literaria y se retiró a su casa denominada Walden. El reciente libro de María Bengoa, su mujer, titulado 'El mar de Arrigunaba' (2023), rememora y homenajea su figura y recibió atención en estas páginas. La 'nouvelle' 'Quince años' ha de entenderse como aproximación al mundo de 'Verdes valles, colinas rojas'. No en vano aparecen personajes de la trilogía, en especial Asier Altube.
Tampoco es una práctica solitaria, pues la llevó a cabo Pinilla en otras novelas suyas que completan episodios de la trilogía. Singular calidad tuvo la titulada 'La higuera' (2006). 'Quince años' no me parece tan lograda como esta última, si bien alcanza la buena altura propia de su autor, y sobre todo permite concentrar el mundo de la Guerra Civil de 1936 en las aldeas vascas Algorta y Getxo. Los hechos acaecen en 1938, cuando ya había sido ganado ese territorio vizcaíno por las tropas de Franco y actuaba de alcalde el falangista Benito Muro, quien en gratitud por haberle salvado de morir ahogado de niños, evita el fusilamiento de Manuel, el maestro protagonista de la novela, de fervor republicano, al igual que Mercedes, su novia, también maestra.
Es una trama construida a modo de ráfagas, como anécdotas que no desarrollan todas sus posibilidades narrativas, y prefieren narrarse en ciernes. Es condición de novela corta. El embrión narrativo de mayor peso lo tiene el sentimiento de culpa de Manuel al ser el único de cuatro amigos que no fue fusilado. Los otros tres, de los que la novela repite el nombre, si lo fueron. Ese es el primer pivote que sostiene la trama.
El segundo pivote es la personalidad difícil del adolescente Asier Altube, ante el triángulo afectivo que forman ellos dos con Mercedes, la maestra. Todo está mas sugerido que desarrollado, como es condición del género. Aparece también Anaconda, una sensual indiana brasileña.
El embrión narrativo de mayor peso lo tiene el sentimiento de culpa de Manuel al ser el único de cuatro amigos que no fue fusilado
Al tema de la Guerra Civil incorpora esta obrita un interés: la particularidad que tuvo la guerra en aldeas vascas donde todos se conocen, pero que colocó a varios fuera del sitio tradicional, pues la Iglesia, a través del cura, era a un tiempo euskalduna pero renuente al social-comunismo republicano.
Hay por tanto en esta novela conflictos personales, perfiles psicológicos complejos, y unos contextos sociopolíticos que estaban demandando un desarrollo narrativo potente y extenso que finalmente ocurrió con la trilogía 'Verdes vallas, colinas rojas', la gran obra de la literatura vasca escrita en castellano.
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