El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, expresó este lunes su "estupefacción" por la situación que atraviesa la fábrica de Sargadelos y aseguró que comparte la preocupación de sus trabajadores por una marca a la que "toda Galicia le tiene un especial cariño y aprecio".
Rueda subrayó que "no se puede seguir en esta situación" y advirtió de que la Xunta, como autoridad laboral, tomará "las medidas que correspondan" si la empresa no recupera la actividad "ya". Explicó que esas medidas pasarían por trasladar el caso a la Inspección de Trabajo para que adopte "las actuaciones subsiguientes", aunque matizó que espera que "no sea necesario" y que prefiere pensar "que esto se puede arreglar de forma inmediata".
En ese sentido, recordó que en la última crisis la fábrica consiguió encauzar el conflicto y "volver a trabajar con normalidad" durante los meses siguientes, un escenario que confía en que pueda repetirse ahora.
La nómina de noviembre, aún sin pagar
La fábrica de Sargadelos, situada en el municipio lucense de Cervo, permanece cerrada desde el viernes, cuando su propietario, Segismundo García, decidió cesar la actividad tras una visita de la Inspección de Trabajo. Ese mismo día anunció la solicitud de un ERTE por fuerza mayor que podría afectar a 86 empleados y comunicó su dimisión como gestor ejecutivo.
Ni sindicatos ni empleados ocultan su preocupación, sobre todo después de confirmarse que la plantilla no ha cobrado la nómina de noviembre y de que, según explican a Europa Press, el dueño se encuentra estos días de viaje en Londres en un desplazamiento que decidió mantener pese al cierre y a la tensión creciente.
El portavoz de Comisiones Obreras (CCOO), José Antonio Zan, ha denunciado que "lo peor de todo es que este señor ha tomado a las trabajadoras como rehenes de su inconsciencia" y que "el único problema que tiene esta fábrica es que la dirige un niño pequeño de más de 70 años".
Además, representantes de los sindicatos y de la plantilla han pedido una reunión urgente con los responsables de las consejerías de Empleo y Cultura, aunque por el momento no ha trascendido más información sobre ese encuentro.
Lo único confirmado es la posición oficial de la Xunta, que el viernes rechazó en una primera valoración la autorización del ERTE solicitado por la empresa. El Gobierno gallego consideró entonces que la petición presenta incongruencias, no se ajusta a la normativa aplicable y descarta que exista una causa de fuerza mayor.
Con la fábrica cerrada, el conflicto enquistado y el propietario fuera del país, la incertidumbre continúa entre los cerca de 90 empleados, que este lunes volvieron a quedarse a la intemperie en busca de respuestas sobre su futuro inmediato.