Con la herida abierta en el PSOE a raíz de la gestión de las denuncias por acoso sexual contra Francisco Salazar, había mucha expectación por saber cómo trataría Pedro Sánchez de apaciguar el gigantesco malestar interno por la gestión de una crisis que tiene el epicentro fue otro de los hombres de su máxima confianza tanto en el Gobierno como en Ferraz. Sin embargo, en su discurso en el arranque de la campaña electoral en Extremadura, el presidente ha optado por obviar la polémica y limitarse a reivindicar la Ley de Igualdad Retributiva entre hombres y mujeres. Ninguna mención ni entre líneas a la polémica que tiene indignadas a las responsables de Igualdad del partido.
El voto femenino es absolutamente vital para los socialistas. De hecho, fue la la clave de que Sánchez pudiera mantenerse al frente de La Moncloa tras los comicios de 2023. El jefe del Ejecutivo es muy consciente de esta circunstancia y por eso es muy habitual que en sus intervenciones públicas haga guiños constantes a la defensa de los derechos de las mujeres. Pero en esta ocasión, ante un público absolutamente entregado de 800 personas con aforo completo en el Palacio de Congresos de Plasencia (Cáceres), ha preferido obviar una línea recurrente de su argumentario para no tener que enfrentarse a una polémica que sigue engordado.
En cambio, el secretario general del PSOE ha optado por desplegar el resto del catálogo de logros sociales de la coalición que dirige, desde la revalorización de las pensiones a la subida del Salario Mínimo Interprofesional pasando por el fortalecimiento de los servicios públicos, que, de paso, ha utilizado una vez más para atacar la gestión del PP en las comunidades acusándolas de "hacer negocio a costa de todos". "Nos atacan con todo porque saben que no vamos a aceptar que recorten nada. La izquierda ni pide perdón ni pide permiso para gobernar", ha esgrimido entre entusiastas aplausos de los asistentes.
Además, Sánchez ha expuesto que en estos comicios "lo que está en juego es el modelo de sociedad", si se quieren "más derechas o más derechos, progreso o retroceso". En este sentido ha esgrimido que bajo su mandato "España vive uno de sus mejores momentos de los últimos 45 años" y ha instado a los asistentes a sentirse "orgullosos" de cifras como "los 22 millones de trabajadores por primera vez en nuestra historia, los datos más bajos de paro juvenil y paro femenino".
Con la polémica de Salazar como telón del fondo, el PSOE arranca así su campaña para las elecciones anticipadas en Extremadura del próximo 21 de diciembre -bajo el lema Hazlo o lo harán- para intentar recuperar uno de sus feudos históricos, el que que el PP sólo ha gobernado en la legislatura 2011-2015 y desde 2003 bajo la presidencia de María Guardiola.
El candidato de los socialistas, Miguel Ángel Gallardo, que irá a juicio a finales de mayo acusado de prevaricación administrativa y tráfico de influencias por la creación de una plaza para el hermano de Sánchez en la Diputación de Badajoz, se ha vuelto a presentar como una víctima de la ultraderecha y ha recurrido al símil de que afronta la campaña con la mochila "llena de piedras". Asimismo, ha apelado al legado del ex presidente Guillermo Fernández Vara -fallecido hace dos meses- para que los socialistas lo homenajeen "llenado de votos las urnas" el próximo 21 de diciembre.