El Juzgado de Menores nº1 de Badajoz ha condenado a seis años de internamiento en régimen cerrado a los dos menores (de 14 y 15 años cuando sucedieron los hechos) que mataron a la educadora Belén Cortés, de 35 años, que se encontraba con ellos en un piso tutelado el pasado mes de marzo en la capital pacense y luego tras robarle sus pertenencias, huyeron por carretera hasta Mérida, tras haber tenido un accidente en el coche que conducían (el de la educadora social, a la que le quitaron las llaves después de muerta), donde fueron detenidos.
La jueza les impone esta pena al considerarlos "culpables" de los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada, además a uno de ellos le condena por los delitos de conducción sin permiso y daños. Asimismo, les impone la pena de tres años de libertad vigilada.
La sentencia condena además en esta misma causa a una tercera menor, la chica de 17 años que presenció los hechos dentro de la vivienda y que huyó con los menores varones, por el delito de cómplice de asesinato y robo con violencia en casa habitada a la que se le impone la pena de cinco años de internamiento en régimen cerrado y otros tres años de libertad vigilada.
Los hechos sucedieron durante la noche del 9 de marzo de 2025 en un piso tutelado de la urbanización Guadiana en Badajoz, en el que estaban custodiados los menores, y el cuerpo fue hallado por la Policía con fuertes signos de extrema violencia -fue golpeada y posteriormente la ahorcaron con un cinturón- en la madrugada del 10 de marzo de 2025.
Los menores condenados tendrán que indemnizar de forma directa y solidaria con la Junta de Extremadura a los familiares de la víctima con más de 620.000 euros. La sentencia, que ha sido notificada este miércoles a las partes, no es firme y contra ella cabe interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Badajoz.
La acusación particular había modificado en la última jornada del juicio precisamente la petición de las penas al entender que los culpables del asesinato, como ya apuntó en las primeras investigaciones la Policía, eran los varones y no la chica. Precisamente, pedían la máxima pena para ellos, los seis años de internamiento en régimen cerrado.
La muerte de Belén Cortés se produjo un domingo por la noche cuando la educadora se encontraba sola trabajando en el piso tutelado a cargo de cuatro menores (el cuarto habría dado la voz de alarma) que cumplían medidas judiciales residían en dicha vivienda dependiente de la Junta de Extremadura y gestionada por la empresa Cerujovi.
La educadora entró en el turno de noche, sobre las 20.00 horas, y la atacaron alrededor de dos horas después en unas circunstancias atroces y de extrema violencia, según confirmó la Policía. La educadora fue golpeada y asfixiada con un cinturón. Luego, huyeron del lugar de los hechos, tras robar las pertenencias y el dinero que llevaba encima la víctima (incluido también el teléfono móvil) y las llaves del coche.
Los dos menores varones detenidos tenían un amplio historial delictivo, sobre todo el mayor de ellos natural de Villafranca (Badajoz), que llegó a cometer 37 infracciones en un fin de semana. Precisamente, en los días previos al suceso, ambos habían protagonizado una huida del centro de menores y atracaron un bar en Villafranca de los Barros, donde terminaron siendo detenidos por la Guardia Civil.
Los educadores sociales se manifestaron días después de la muerte violenta de la educadora en Badajoz para reclamar mejoras laborales y en la seguridad. Posteriormente al asesinato, el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura autorizó el nuevo contrato del servicio de los hogares destinados a menores para el cumplimiento de medidas judiciales, que contarán como novedad con un mínimo de dos trabajadores las 24 horas del día los siete días de la semana y botón del pánico ante situaciones de violencia.