- DAVID CASALS / DIEGO S. ADELANTADO Barcelona/Madrid
- La Generalitat de Cataluña pide el despliegue de la UME ante el brote
- Una enfermedad que no afecta a la salud humana directa pero sí a la economía
Los tres países suspenden la compra de productos porcinos españoles tras el brote de peste en Barcelona que amenaza más de 8.000 millones de euros anuales en exportaciones.
La peste porcina africana sigue haciendo estragos en la industria cárnica, después del brote detectado el pasado viernes en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), muy cerca del campus de la Universitat Autònoma (UAB). Hay seis casos contabilizados, todos ellos de jabalíes salvajes que vivían en el parque natural de Collserola. Todas las pruebas que se han hecho en la cuarentena de explotaciones ganaderas situados en los alrededores han dado negativo. La prioridad, ahora, es contener el brote, y a las restricciones se sumó ayer la llegada de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) especializado en control cinegético. Su despliegue se hizo a petición de la Generalitat con un objetivo muy claro: impedir el avance de la enfermedad.
"Nos jugamos un porcentaje alto del PIB catalán", señaló ayer el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig (PSC), que hizo un llamamiento a la población a cumplir con las restricciones.
En juego está un ámbito clave para la economía. Cataluña es la segunda comunidad con más cerdos censados, alrededor de ocho millones de animales, lo que equivale al 23% del total. Con la primera, Aragón (29%) y la tercera, Castilla y León (14%), representaron dos terceras partes de toda la cañada en 2024, según el Ministerio de Agricultura.
Más de 5.400 granjas
La Generalitat tiene contabilizadas en toda Cataluña 5.406 explotaciones porcinas. Casi todas ellas (98,8%) producen de forma intensiva y tienen capacidad para acoger hasta 10 millones de animales. El sector superó los 3.000 millones de euros de exportaciones durante el pasado año, un tercio de ellas fuera de la UE. En toda España, se superaron los 8.000 millones.
El sector lleva tiempo volcado en la internacionalización. Prueba de ello es que entre enero y abril, Cataluña representó el 49% de las ventas de porcino al extranjero tanto en volumen como en valor, según datos recopilados por Unió de Pagesos, el sindicato con mayor representación en la comunidad. La segunda plaza fue para Aragón, -29,4% de las exportaciones en volumen y el 25,4% en valor-.
Los ganaderos insisten en la necesidad de reforzar los controles y que la respuesta sea "rápida y coordinada", en palabras de Unió de Pagesos. Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (Jarc) y Asaja también llevan insistiendo en este mismo mensaje desde el pasado viernes, cuando se detectó el primer brote.
Un elemento que invita a una cierta esperanza es que por ahora, el área afectada está muy bien delimitada. Se trata de la sierra de Collserola, el gran pulmón verde que rodea el área metropolitana de Barcelona, con 8.000 hectáreas que fueron declaradas parque natural hace justo 15 años.
El gran reto es que hay urbanizaciones en el interior, como los barrios de Vallvidrera y Les Planes -ambos en el término municipal de Barcelona- o urbanizaciones como Monflorit (Cerdanyola), La Floresta, Valldoreix, Sol i Aire (Sant Cugat), La Rierada o Vallpineda (Molins de Rei). Por el parque natural discurren también grandes infraestructuras, como una línea de tren, una autopista de peaje, varias carreteras o el parque de atracciones del Tibidabo.
El consorcio que gestiona el parque de Collserola ya ha dicho que las restricciones podrían durar semanas. Gestionarlas no será fácil ya que la sierra está rodeada por nueve localidades que, juntas, suman más de dos millones de habitantes.
Tal como explicó el conseller Ordeig, "cualquier animal que se encuentra se debe desinfectar" y luego se analiza. Las restricciones alcanzan a un radio de 20 kilómetros a la redonda, por lo que hacen extensivas también a 76 localidades. Entre ellas, Terrassa y Sabadell -la cuarta y quinta urbes catalanas en población, con más de 200.000 habitantes- o Rubí, con alrededor de 80.000 habitantes. Las granjas de estos municipios han visto restringida su labor operativa y comercial.
Hay países que no reconocen la regionalización de la crisis y consideran a España como un mercado único, sin importar en qué ámbito territorial tiene lugar el brote. Es el caso de Japón, Malasia, Vietnam, México y desde ayer, Taiwán. En cambio, EEUU, Reino Unido y Corea del Sur las limitan al área afectada.
"El hecho de que se hayan detectado de forma temprana dos casos en jabalíes silvestres pone de manifiesto el sobresaliente nivel de vigilancia y control de la sanidad animal de nuestro país, así como la buena coordinación entre las diferentes administraciones", destacó ayer la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), organización que aglutina a las principales organizaciones cárnicas porcinas como ElPozo o Campofrío.
El precedente
El brote de peste porcina africana, inédito en España desde 1994, pone en riesgo no sólo las exportaciones presentes de la industria, sino también las futuras, teniendo en cuenta el potencial daño reputacional. Hace 31 años, la crisis supuso la exclusión del país de la categoría "libre de la enfermedad" ante la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA), para cuya recuperación tuvieron que ponerse en marcha importantes medidas de control y vigilancia. Además, las ventas fuera de España tardaron varios años en recuperarse por completo.
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