Peste porcina
Una enfermedad que no afecta a la salud humana directa pero sí a la economía 30 NOV. 2025 - 13:55EXPANSION- La Generalitat no descarta pedir ayuda a la UME para frenar el brote de peste porcina
- La peste porcina africana amenaza millones en exportaciones cárnicas
Numerosas organizaciones científicas y sanitarias insisten en que la fiebre porcina africana no puede transmitirse a los humanos por contacto con cerdos o jabalíes o por el consumo de productos de estos animales. Pero las consecuencias económicas y de seguridad alimentaria pueden llegar a ser muy graves.
Lo primero que hay que saber sobre la fiebre porcina africana, una enfermedad vírica hemorrágica altamente contagiosa, es que el virus responsable de esta patologíano es zoonótico, por lo que no puede infectar a humanos ni a través del contacto con animales, ni por el consumo de carne de cerdo o jabalí. Sí afecta (y gravemente) a cerdos y jabalíes, con mortalidades muy altas. Y tiene enormes efectos económicos y ecológicos, pero no sanitarios humanos.
Su control exige bioseguridad estricta y una gestión adecuada de la fauna silvestre, entre otras razones porque no existen vacunas o tratamientos efectivos universalmente aceptados; el control generalmente se basa en medidas de bioseguridad, vigilancia, sacrificio de animales infectados y restricciones de movimiento de cerdos. En los últimos años ha mostrado una expansión geográfica notable, sobre todo en Europa del Este y Asia.
La FAO, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) o la Organización Mundial para la Salud Animal (WOAH) insisten en que esta enfermedad no puede transmitirse a los humanos por contacto con cerdos o jabalíes o por el consumo de productos de estos animales.
Numerosos estudios científicos concluyen que el virus de la fiebre porcina tiene un host range muy estrecho, lo que quiere decir que su rango de hospedadores es muy limitado. Un virus sólo es capaz de infectar a un número muy reducido de especies animales, porque únicamente en esas especies encuentra las condiciones biológicas necesarias para entrar en las células, replicarse y producir enfermedad.
El virus de la fiebre porcina africana sólo infecta a cerdos domésticos, jabalíes, ciertos suidos africanos (facóqueros) y garrapatas blandas del género Ornithodoros, que actúan como vectores.
Fuera de ese grupo, el virus no puede infectar a ninguna otra especie, incluidos los seres humanos, de manera que aunque un humano entrara en contacto con el virus, éste no puede utilizar nuestro organismo para multiplicarse ni causar enfermedad.
Consecuencias económicas graves
Pero aunque la amenaza sanitaria para los humanos sea prácticamente nula, la fiebre porcina africana ha de preocuparnos porque tiene graves consecuencias en otro tipo de dimensiones, como la animal, la económica y la que se refiere a la seguridad alimentaria. La fiebre porcina africana puede tensar los mercados globales de carne, altera los precios, influye en la seguridad alimentaria, y repercute en sectores agrícolas relacionados (piensos, producción de cereales, distribución, o comercio internacional).
Entre los peligros más importantes está la extinción o el colapso de poblaciones porcinas o de jabalí. Por su altísimo índice de mortalidad, la fiebre porcina puede diezmar granjas y poblaciones silvestres, y esto tiene un grave impacto sobre la biodiversidad, la fauna salvaje (jabalíes) y la estabilidad de las granjas.
El impacto económico y social también puede ser grave. La ruina para ganaderos, pérdida de empleos (muchos rurales), cierre de explotaciones, prohibiciones de comercio, destrucción de ganado, o sacrificios masivos son algunas de las consecuencias de esta epidemia. Y en zonas exportadoras, puede golpear fuertemente a la industria porcina.
En otras crisis provocadas por esta enfermedad la reducción de oferta en casos como el de China o en el mercado europeo generó una alteración global del comercio de carne de cerdo: los exportadores de países no afectados pudieron beneficiarse de la demanda internacional, pero al mismo tiempo se generaron subidas de precio que afectaron al consumidor.
Un informe de la OCDE y la FAO sobre el brote de 2018-2019 y el de 2020 en China concluye que "la producción de carne de cerdo quedó un 27% por debajo de lo que habría sido sin fiebre porcina africana en el corto plazo". Las pérdidas acumuladas para la industria porcina se estimaron en 224.768 millones de yuanes. El brote provocó la muerte y el sacrificio de aproximadamente un 40% de la población porcina de China, lo que generó dislocaciones de mercado masivas.
En Europa, donde los efectos suelen medirse no sólo en mortalidad, sino en reducción de exportaciones, destrucción de capital rural, posible cierre de explotaciones y pérdida de competitividad, en el caso de los mercados de carne de cerdo afectados por los brotes de fiebre porcina africana entre 2014 y 2019 las exportaciones de carne porcina disminuyeron un 15%.
También implica riesgos para la seguridad alimentaria local y global, con brotes repetidos que, según la European Food Safety Authority, "pueden reducir la oferta de carne de cerdo, encarecer precios, obligar a importar, o generar desabastecimientos en algunas áreas". El sacrificio masivo de animales, la destrucción de explotaciones y la pérdida de mercados internacionales puede destruir sectores enteros. Para países en los que el cerdo es una proteína básica (es el caso de China o España), la fiebre porcina africana puede tener un efecto económico y social enorme.
A todo esto se une la dificultad de erradicación y la persistencia ambiental, ya que el virus puede permanecer en cadáveres, productos contaminados, desechos, ropa, vehículos, utensilios o suelos. Y el problema se agrava si se tiene en cuenta la presencia del jabalí en reservorios silvestres, que hace que el control sea extremadamente difícil.
Las medidas han de ser drásticas y contemplan sacrificios masivos: ante un brote, lo habitual es sacrificar animales infectados, cuarentenas, destrucción de productos, o confinamientos. Todo eso genera un coste muy elevado.
La pérdida masiva de cerdos y la interrupción de transacciones y transporte en brotes de fiebre porcina africana reducen la oferta, lo que impulsa al alza los precios del cerdo.
Cuando la oferta de cerdo se reduce se produce un efecto dominó que implica la sustitución por otras carnes o proteínas, cambios en la demanda, presión sobre granjas importadoras, presión sobre sectores de piensos, o sobre la agricultura de forrajes. Esto puede afectar la cadena agroalimentaria en su conjunto.
Qué nos debe preocupar...
- Desde el punto de vista sanitario humano, la fiebre porcina africana no nos debe preocupar, porque el virus no afecta a los humanos.
- Sí nos debe preocupar (y mucho) el riesgo sanitario animal, por la mortalidad extremadamente alta en cerdos y jabalíes.
- Hay que preocuparse por el riesgo económico, sobre todo por la pérdida de explotaciones, comercio, o exportaciones.
- La reducción de proteína disponible o la subida de precios son motivos de preocupación en lo que se refiere a la seguridad alimentaria.
- El riesgo ecológico y para la fauna silvestre es un motivo de preocupación por el impacto profundo en poblaciones de jabalíes.
Las crisis de la fiebre porcina africana en Europa
Hasta el brote detectado este mes de noviembre en España, organismos como el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) alababan el hecho de que España hubiera permanecido libre de fiebre porcina africana durante años, gracias a las medidas de erradicación.
Este brote actual marca la reintroducción documentada de la enfermedad en la fauna silvestre (jabalíes).
En Europa, la historia de esta enfermedad se puede resumir así en los últimos años:
2019
- Primer gran salto hacia Europa Occidental:
- Casos en Bélgica en jabalí (zona de Gaume).
- Se evita la introducción en granjas domésticas.
2020-2021
- Llegada a Alemania, afectando a jabalíes en Brandeburgo y Sajonia.
- Primeras restricciones comerciales de gran impacto en exportación alemana.
2022-2023
- Casos en Italia, incluyendo la región de Piamonte y más tarde Lazio.
- Reaparición de focos en Rumanía, Bulgaria, Hungría y Serbia (persistentes).
2024-2025
- La enfermedad permanece endémica en parte del Este de Europa.
- Alemania logra reducir casos, pero no erradicarlos completamente.
- Expansión puntual en Croacia y Grecia.