Vox no secundó la última protesta convocada por Revuelta. La organización juvenil, nacida en las concentraciones convocadas contra la amnistía en Ferraz en 2023, volvió a llamar a las calles el pasado 30 de noviembre para protestar contra el Gobierno tras la entrada en prisión de José Luis Ábalos. Sin embargo, en esta ocasión, los dirigentes de Vox no se hicieron eco de la convocatoria ni participaron en ella, como sí acostumbraban a hacer en ocasiones anteriores. Aquel 30 de noviembre, Revuelta ya estaba inmersa en una crisis interna con la que ahora Vox toma distancias.
El pasado viernes, Arturo Villarroya, ex vicepresidente de Revuelta y asistente de Vox en el Parlamento Europeo, denunció a través de sus redes sociales falta de transparencia en la contabilidad de la organización juvenil. El ex dirigente de Revuelta -dimitió el pasado 5 de noviembre- aseguró que nunca se ha convocado una asamblea de los miembros de la organización y dijo que "jamás" ha "visto o firmado documentos, cuentas, contratos, facturas, declaraciones fiscales o movimientos bancarios".
Villarroya señaló también que solicitó documentación sobre los impuestos pagados y el destino de los fondos que Revuelta recaudó para destinar a los afectados de la dana, pero "la respuesta fue el silencio", según recoge en el comunicado que publicó. Por ello, junto a Javier Esteban -ex vocal de Revuelta-, Villarroya presentó una denuncia ante la Fiscalía "por presuntas irregularidades graves, posible estafa en el destino de fondos y en el cobro de cuotas de afiliación sin derechos asociados".
La organización juvenil respondió a estas acusaciones también a través de redes sociales. "Revuelta ha destinado la integridad de sus recursos económicos a las acciones asociativas que toda España ha podido ver y conocer: ayudar a los afectados por catástrofes naturales y a la movilización social por causas patrióticas", defiende en un comunicado, y acusa a quienes han denunciado malas prácticas de hacerlo "por orden de sus superiores políticos y por ambición personal". Y en este punto es donde, tanto desde un lado como desde el otro, quienes tienen o tuvieron vinculación con Revuelta hicieron referencia al papel de Vox en la trayectoria de la organización juvenil.
"Desde hace meses, Revuelta ha sido objeto de intentos de injerencia por parte de personas vinculadas profesionalmente a Vox", se extiende la publicación de la organización, que apunta a que las denuncias de Villarroya y otros ex miembros de Revuelta podrían venir motivadas por su vinculación laboral con Vox. Antes, estos habían escrito: "Resulta inaceptable que [varios miembros de la dirección] se hayan apropiado de la asociación, hayan gestionado con tal ocultación y presuntas malas prácticas, y hayan arrastrado a Revuelta de manera progresiva y deliberada hacia un distanciamiento político y personal contra Vox por intereses personales".
Desde el surgimiento de la organización, el partido de Santiago Abascal siempre ha afirmado que Revuelta es una organización independiente, no recogida en la estructura de la formación política y con una dirección propia. Sin embargo, su actividad hasta ahora había ido de la mano, y son muchos los miembros compartidos entre ambas marcas. Dirigentes de Vox acostumbraban a secundar las convocatorias de Revuelta, tanto que en mayo de este año Abascal llegó a liderar una concentración en La Moncloa promovida por Revuelta.
Sin embargo, tras el estallido de la crisis interna que ha sacudido la organización, los gestos de complicidad desde Vox han desaparecido. El partido no se hizo eco de la manifestación organizada el 30 de noviembre, ni sus dirigentes participaron en ella. Y, ahora, la primera reacción pública del partido al conflicto abierto ahonda en esa línea de distanciamiento: "No puedo comentar las vicisitudes internas de una organización que no se encuentra en Vox", ha sostenido este martes la portavoz parlamentaria del partido, Pepa Millán. Desde Vox se limitan a insistir en que la organización no forma parte de su estructura y, así, se desmarcan de la crisis y de la denuncia de desvío de fondos.
La actual dirección de la organización, presidida por Jaime Hernández, secunda este planteamiento: "Revuelta no pertenece a ningún partido. No nos prestamos a campañas internas de intento de control político", recoge su comunicado.