- ERIC GALIÁN @EricGalian Barcelona
La operación prevé la extensión de los vencimientos hasta 2030 y una nueva inyección de 22,5 millones, que incluye capital y deuda.
Tras meses de negociaciones, Wallbox ha alcanzado un acuerdo preliminar con sus principales acreedores y accionistas para refinanciar una deuda de 170 millones de euros y efectuar una inyección de liquidez de 22,5 millones entre capital y deuda. El objetivo es dotar a la compañía española de cargadores para coches eléctricos de una estructura de capital reforzada que le permita crecer en los próximos años sin la presión asfixiante de sus obligaciones financieras.
La empresa tenía que devolver la mayor parte de la deuda a mediados de 2026, una auténtica espada de Damocles que ponía en peligro la continuidad de su negocio. En verano llegó a un acuerdo con los acreedores para congelar el pago del principal y en octubre firmó un standstill que afectaba también a los intereses. Se espera que el actual acuerdo ayude a la compañía a ejecutar su plan de negocio en un sector que ha sufrido dos años complicados y que vuelve de nuevo a reactivarse.
El pacto se ha formalizado a través de un term sheet suscrito con los principales bancos que concentran la deuda de Wallbox, Banco Santader, BBVA y CaixaBank, que en conjunto representan en torno al 65% de la deuda. El term sheet especifica los principales términos de la nueva estructura de financiación e incluye una carta de intenciones no vinculante de los principales accionistas de la firma para llevar a cabo una ampliación de capital de diez millones de euros, que se sumará a nueva deuda por importe de 12,5 millones. Los socios que se han comprometido a esta inyección de fondos son Inversiones Financieras Perseo, filial de Iberdrola; Orilla Asset Management, hólding familiar de Francisco Riberas, presidente de Gestamp; Consilium, sociedad de Marc Puig, presidente y CEO de Puig, y de su familia; AM Gestió, firma del empresario Pedro Alonso, expropietario de la empresa de componentes de automoción Infun, y Mingkiri, sociedad de la familia Santacana, dueños de Eurofred.
La refinanciación, dividida en varios tramos, plantea la extensión de los vencimientos de deuda hasta 2030. Por una parte, se ha acordado refinanciar55 millones de euros en préstamos bilaterales mediante un préstamo sindicado a largo plazo, con vencimiento en diciembre de 2030. La amortización comenzará en el tercer trimestre de 2026, con pagos trimestrales iniciales reducidos que irán aumentando progresivamente.
Por otra parte, se prevé crear un instrumento bullet de 63 millones de euros, pagadero en su totalidad en diciembre de 2030 y que generará intereses payment in kind (PIK) capitalizables.
También se reestructuran las actuales líneas de circulante con una nueva línea sindicada de 52 millones de euros, con vencimiento en diciembre de 2028 y la posible prórroga automática de 12 meses, salvo que la mayoría de bancos participantes se oponga.
Asimismo se ha acordado la concesión de 12,5 millones de euros de nueva deuda que incluye el respaldo parcial de garantías por parte de una compañía de crédito cuyo nombre no ha trascendido.
Los nuevos instrumentos incluirán los términos y condiciones habituales en este tipo de pactos, lo que abarca la constitución de garantías sobre las acciones de determinadas filiales y otros activos clave, así como un posible derecho de conversión en acciones sujeto a ciertas condiciones todavía por acordar. Wallbox espera cerrar definitivamente la operación durante el primer trimestre de 2026 y sumar al resto de acreedores.
En este sentido, las negociaciones siguen con los prestamistas que todavía no se han incorporado al acuerdo, especialmente el Instituto de Crédito Oficial (ICO), el Institut Català de Finances (ICF), Mora Banc y EBN Banco. Las conversaciones también incluyen a Cofides, que podría integrar sus líneas de financiación en la nueva estructura de capital de Wallbox. Si estos acreedores finalmente se suman al acuerdo, la refinanciación alcanzará el 84% del total de la deuda.
La ampliación de capital se dividirá en dos tramos: uno de cinco millones con los accionistas antes mencionados, a través de colocaciones privadas, ofertas de derechos de suscripción abiertas a todos los socios o una combinación de ambas, y un segundo también de cinco millones que todavía no está cerrado. Wallbox no descarta recurrir de nuevo a financiación pública o atraer a nuevos inversores para cubrir esta parte.
La sociedad acompaña el nuevo calendario de pagos con un plan de reestructuración que deberá aprobarse judicialmente en las próximas semanas. En este sentido, Wallbox y algunas de sus filiales han presentado una comunicación formal ante los tribunales para facilitar una coordinación ordenada del proceso. Pese a que la compañía cotiza en la Bolsa de Nueva York, este asunto se está llevando desde instancias judiciales españolas, pues es aquí donde tiene su sede central la compañía.
"El planteamiento recogido en este acuerdo preliminar proporcionará a Wallbox un marco financiero más equilibrado, claro y sostenible", explica Luis Boada, director financiero de la empresa. "La combinación entre refinanciación a largo plazo, la mejora del circulante y la aportación de capital, sumada a un enfoque de disciplina financiera, nos permite contar con una base más resiliente para operar con estabilidad y seguir ejecutando nuestro plan de negocio con flexibilidad", añade.
Enric Asunción, cofundador y CEO de Wallbox, señala que la idea es que la compañía alcance ebitda positivo en la segunda mitad de 2026, según lo establecido en el plan. "Nuestro foco ahora será el crecimiento y centrarnos en nuestra planta de Barcelona", comenta el directivo. Esta instalación ha asumido parte de la producción de Wallbox en EEUU debido a los aranceles recíprocos con los que algunos países han respondido a la andanada de Donald Trump. La fábrica de Austin (Texas) priorizará así el mercado estadounidense, mientras que los productos destinados a otros mercados de la región se producirán en Barcelona.
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