- C. MORÁN
La estatal ONCF (la Renfe marroquí) lanza una ofensiva para acaparar la movilidad urbana del país, dominada hasta ahora por el grupo español.
El dominio de Alsa en la gestión del transporte local de las principales ciudades de Marruecos ha empezado a menguar después de que las autoridades locales hayan avanzado en el proceso de renovación de concesiones.
La compañía fundada por la familia Cosmen, filial de la británica Mobico, acaba de perder el transporte de Marrakech y también el de Agadir, plazas que el grupo español explotaba.
Alsa figura, hasta este año, como el operador líder en Marruecos, al gestionar los autobuses de Casablanca, Rabat, Marrakech, Tánger y Agadir, con 333 millones de viajeros al año, 6.000 empleados y una flota de 2.074 vehículos. Casi todas esas plazas ha salido o saldrán a licitación pública con una dura competencia local promovida por ONCF, el grupo estatal de ferrocarriles, a través la filial Supratours. La Renfe de Marruecos se ha impuesto en el concurso de Marrakech, superando la propuesta de Alsa en la fase final.
Supratours operará 67 líneas con una longitud de 1.342,7 kilómetros y una flota de 349 autobuses . El sistema prevé una demanda anual superior a los 37 millones de pasajeros-kilómetro.
En Agadir, la semana pasada se seleccionaron las dos ofertas finalistas, lideradas nuevamente por ONCF y la alianza española de Avanza y Autasa (grupo Ruiz).
Una relación de largo
Alsa se coronó en el transporte de viajeros de Marruecos en 2019, cuando ganó su último gran contrato, el urbano de Casablanca, la mayor concesión de autobús dentro y fuera de España del grupo por número de viajeros atendidos. Alsa sigue explotando el servicio de la capital alahuita, un contrato con una cartera de negocio conjunta de 1.000 millones de euros. La compañía gestiona una flota de 700 autobuses y atiende una demanda de unos 100 millones de pasajeros al año.
Hace un año, el Ministerio del Interior marroquí diseñó una nueva estrategia de movilidad con un presupuesto de más de 1.040 millones de euros, que prevé la renovación de flotas, el refuerzo de la seguridad y la introducción de sistemas de transporte de alta capacidad como el Bus Rapid Transit (BRT).
Más de 3.700 autobuses nuevos, en su mayoría de fabricación china, serán adquiridos en los próximos meses. Además de renovar la concesión de Marrakech y de Agadir, también está en juego el bus de Tanger.
Marruecos es un elemento clave de la plataforma internacional de Alsa, que también tiene una posición fuerte en Arabia Saudí. El grupo se impuso este año en la puja para explotar el servicio de autobús a un complejo de varios parques temáticos que el país árabe quiere levantar en Qiddiya, a unos 50 kilómetros al oeste de Riad, la capital, un contrato con una cifra de negocio de 500 millones en los ocho años de concesión. Alsa arrancó sus operaciones en Arabia Saudí en 2023 junto con Saptco. Los dos socios se encargan de gestionar 80 destinos en el sur del país a través de un total de 27 líneas de larga distancia utilizadas por 1,5 millones de viajeros al año.
Alsa también puja por el servicio exprés (bus rapid transit) de Medina, la segunda ciudad sagrada para los musulmanes. Se trata de un contrato con una remuneración de 50 millones anuales.
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