- ANA MEDINA
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El 82% de las empresas españolas no ha cambiado sus planes de presentación de informes de sostenibilidad conforme a la Directiva CSRD.
Las expectativas en torno a la sostenibilidad evolucionan a gran velocidad y lo que antes se percibía como un ejercicio de cumplimiento normativo se ha convertido en una prioridad estratégica. El assurance ESG (verificación independiente de la información no financiera, ambiental, social y de gobernanza) ya no es sólo una cuestión de cumplimiento regulatorio, sino una herramienta clave para generar confianza, aportar valor y demostrar resiliencia en un entorno que exige transparencia y responsabilidad.
El Índice de Madurez Assurance ESG, elaborado por la firma KPMG, muestra que la puntuación media de este índice en España está muy alineada con la media global, situada en el 46,77, en una escala de 0 a 100.
El Índice de Madurez Assurance se compone de cinco pilares (gobernanza, conocimiento y capacidades, gestión de datos, tecnología digital y cadena de valor) y muestra el progreso que las empresas han logrado en estas áreas para evaluar la madurez de sus informes ESG y determinar si están preparadas para una verificación externa. Para su elaboración, se ha encuestado a 1.320 altos ejecutivos de todo el mundo y miembros de consejos de administración.
El análisis apunta que, pese a la incertidumbre regulatoria, el 74% de las empresas de la muestra global afirma que sus planes de presentación de reportes de sostenibilidad conforme a la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) no han cambiado. En el caso específico de las compañías españolas, este dato aumenta ocho puntos porcentuales hasta el 82%.
Presión
Por su parte, la presión por parte de los inversores y la demanda de transparencia por parte de los grupos de interés no dejan de aumentar. Mantener el compromiso con una revisión externa por parte de un tercero, refuerza la credibilidad y el liderazgo en sostenibilidad. En este sentido, las empresas no sólo se preparan mejor para futuras exigencias normativas, sino que también fortalecen la confianza entre distintos grupos de interés.
Cuando se trata de preparar el primer informe ESG bajo la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa, la complejidad de estándares ESRS (un conjunto de normas obligatorias de la UE que dictan cómo las empresas deben informar sobre sus impactos, riesgos y oportunidades en materia ambiental, social y de gobernanza), junto a la recopilación de datos y el análisis de doble materialidad representan los principales obstáculos para las empresas tanto a escala global como nacional. En España, los porcentajes se sitúan en el 27%, 20% y 23%, respectivamente.
Beneficios
Los principales beneficios que las compañías españolas que ya reportan bajo esta Directiva esperan obtener del assurance ESG se centran en fortalecer su reputación, con un porcentaje del 52%, similar al de las organizaciones a nivel global, y alcanzar una mayor cuota de mercado y ampliar su base de clientes, con el 48% en el caso de España y el 60% a nivel global.
Le siguen la mejora de la rentabilidad (44% en España y 54% global), la reducción de costes (32% en España, frente al 49% global) y, en menor medida, generar mayor valor para los accionistas y atraer inversores (29% en España, veinte puntos menos que el 49% global).
Las empresas españolas identifican como el principal desafío a afrontar para avanzar en materia de assurance ESG el bajo rendimiento en aspectos ambientales, sociales y de gobierno de los proveedores (51%, un porcentaje algo superior al 47% del dato global).
Por su parte, los requisitos de reporting cada vez más complejos (49%), el acceso limitado a la información necesaria (44%), la falta de soluciones tecnológicas adecuadas (35%), las regulaciones poco claras y en constante cambio (35%) y los elevados costes de cumplimiento y financiación insuficiente (33%) siguen siendo obstáculos relevantes para las compañías españolas.
Apuesta por las tecnologías para gestionar los datos
Las compañías han aumentado notablemente en los últimos tres años el uso de la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías emergentes para recopilar, gestionar, almacenar y analizar datos no financieros. Esta tendencia responde a la necesidad de obtener información útil a partir de grandes volúmenes de datos, que las herramientas tradicionales no pueden procesar con eficacia. El análisis recoge las tecnologías con mayor crecimiento de uso en los últimos tres años entre las empresas líderes frente a las españolas. Estas últimas destacan por adoptar tecnologías para mejorar la gestión y el análisis de datos ESG como cloud (69%, frente al 83% de las líderes globales), la IA tradicional (64%, similar al 65% global), dashboards (51%), el Internet de las Cosas (51%), la plataforma ESG (31%), los centros de datos (25%) y la IA generativa (51%, doce puntos menos que el 63% global).
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