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Un informe del ayuntamiento de Londres señala que un kilómetro del suburbano en Madrid cuesta 10 veces menos y pide cambios profundos para reducir la factura entre un 20% y un 50%.
Algunos directivos españoles del sector de la construcción presentes en Londres bromean a veces con que el coste de las obras en Reino Unido suele coincidir con el de España, pero añadiéndole un cero a la derecha.
Ya no es una manera de hablar porque, literalmente, es lo que ha sucedido en obras de referencia, de acuerdo a un estudio elaborado por el Ayuntamiento de Londres en el que se pregunta por qué es tan caro construir infraestructuras en la ciudad.
Alarmado por los sobrecostes, los dilatados calendarios y, en la práctica, las tremendas dificultades de prolongar la red de Metro (algo extensible a otras infraestructuras del país), el comité del Presupuesto del consistorio encargó un informe, publicado ahora, que trata de aclarar las causas y proponer soluciones.
En el estudio se analiza con cierta profusión lo que sucede en Madrid -también se mira hacia las centrales nucleares de Francia y la electrificación de la red ferroviaria de Alemania- y se entra en el carrusel de obras entre 1995 y 1999 que permitieron prolongar la red del suburbano de la ciudad en unos 56 kilómetros (hoy suma 296,6 kilómetros).
La primera conclusión es la económica: esos 56 kilómetros requirieron unos 2.400 millones de euros en precios de 2024. Pero si se toma lo que sucedió con la línea Jubilee, la de color gris, "costó diez veces más por kilómetro", resume el estudio.
El consistorio no pretende que las cosas cuesten un 90% menos, pero indica que se "pueden ejecutar grandes proyectos de infraestructura de transporte entre un 20% y un 50% más baratos si se siguieran procesos que existen en otros países europeos".
En cierta medida, se trata de una enmienda a la totalidad del sistema de construcción en Reino Unido, con independencia de que los costes de la mano de obra o de las expropiaciones del terreno sean más onerosos que en España.
¿Qué tiene Madrid que serviría a Londres? Por un lado, la flexibilidad que permite que las facturas no se disparen cuando hay imprevistos. El segundo punto es la apuesta por elementos como el calendario y la experiencia, y no solo los precios, cuando se adjudican las obras. Y otro: el consenso político entre los diferentes escalones de la administración para llevar a cabo los proyectos, además de un diseño simplificado y estandarizado.
Determinadas técnicas constructivas usadas en España no se pueden trasladar a Reino Unido porque los suelos y las profundidades son diferentes. No obstante, los problemas detectados en Londres son varios: el fracaso para alinear las especificaciones de los proyectos con los resultados pretendidos, un manejo de los riesgos desacertado, rediseños habituales y una falta de comprensión de los riesgos de ingeniería, carencia de constructoras y una cadena de suministro desarticulada.
"Pero no solo la cadena de suministro, sino que la economía en conjunto está mucho más fragmentada que en España. Existen muchas más capas que requieren abogados y gestores comerciales, y esto añade grandes costes humanos antes de comenzar a construir", afirma un experto consultado para el informe, que, dejando aparte otras sutilezas, concluye: "La principal razón de que las cosas cuesten tanto... Es que apenas construimos".
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