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La salida de la rama familiar llega después que Julio Rodrigues fuera nombrado presidente de la corporación en sustitución a Joan Molins Amat.
Se refrenda la ruptura entre las distintas ramas de la familia Molins, accionistas de control del grupo cementero Molins. Los Molins Amat se han desmarcado del convenio de sindicación de voto y acciones que han mantenido históricamente las tras ramas de la saga fundadora para votar al unísono en las juntas de accionistas de la empresa.
Según ha comunicado la compañía que dirige Marcos Cela a la CNMV, el convenio ha quedado prorrogado para los próximos cinco años, con el apoyo del 59,8% del accionariado del grupo. Sin embargo, un 15% del capital -controlado por Noumea, la patrimonial de los Molins Amat-, ha optado por no extender el acuerdo y, por tanto, salir del mismo. Noumea posee, en total, el 31,5% de las acciones de Molins, de modo que algunos de sus socios ya se habían descolgado anteriormente del convenio. Hasta ahora, casi el 73,5% del accionariado de la compañía votaba de forma colegiada en las juntas.
La salida de los Molins Amat llega poco después de que el cambio en la presidencia de Molins generara una brecha en el seno de la familia. Los Molins López-Rodó y los Molins Gil, con el 33,7% y el 25,3% de las acciones del grupo, respectivamente, abogaron por nombrar en el cargo a Julio Rodríguez, antiguo CEO de la cementera, mientras que los Molins Amat prefirieron mantener a Joan Molins Amat en la presidencia.
Finalmente, se impusieron los Molins López-Rodó y los Molins Gil, por lo que Rodríguez fue ratificado como presidente en la junta de accionistas celebrada el 27 de junio. El directivo es la primera persona ajena a la familia fundadora en ocupar el cargo en casi 100 años de historia.
Los Molins López-Rodó y los Molins Gil han votado a favor de prorrogar el pacto de sindicación a través de sus patrimoniales Otnix y Cartera de Inversiones CM. Cerca de un 1% del capital de Molins en manos de inversores individuales también ha optado por prorrogar el pacto. Podría ser que alguno de los miembros de la rama Molins Amat se haya mantenido en el convenio a título personal.
En 2020, la última vez que se actualizó el convenio, algunos Molins Amat ya se desmarcaron del pacto, en un contexto en el que la familia estaba debatiendo la vuelta de la sede de la compañía a Cataluña, tras llevársela a Madrid por el procés. Ese año, menos de 10 millones de acciones en manos de Noumea, que representan el 15% del capital, secundaron el pacto, frente a las 15 millones que lo hicieron en 2016, el 23% del total.
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