- ARTUR ZANÓN Londres
- ¿Puede una Europa fragmentada seguir prosperando?
- Indermit Gill: "El problema de Europa no es la deuda, sino su bajo crecimiento"
"Una vez se ponen aranceles no es fácil quitarlos", dice la economista. La exvicepresidenta de Costa Rica aspira a la Secretaría General de la ONU en 2026: "Debe centrarse en paz y seguridad".
Rebeca Grynspan será una de los aspirantes, en 2026, a la secretaría general de la ONU. Sería la primera mujer y la segunda persona de Latinoamérica al frente de la institución. Vicepresidenta de Costa Rica entre 1994 y 1998 y economista de formación, Grynspan (San José, 1955) es la secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés) desde septiembre 2021.
En un momento de tantos cambios, la responsable de la Unctad ve imposible una marcha atrás en el incremento de los aranceles, apuesta por un marco más previsible para que el comercio y la inversión internacional no sufran más y advierte de los peligros de una hipotética fragmentación. Grynspan viajó a Londres la semana pasada para presentar un informe de la Unctad que concluye que el comercio global, pese a las trabas, experimentará una subida cercana al 4% en 2025.
¿En qué momento de las relaciones económicas internacionales estamos?Las cosas que considerábamos seguras antes ya no lo son: no está de moda que la globalización es buena ni que el comercio abierto es lo mejor. No creo que volvamos atrás. Una vez que se ponen aranceles no es fácil quitarlos porque hay sectores que se acomodan a ellos porque quedan protegidos. Sí podemos aspirar, primero, a una estabilidad en la política comercial para no estar sujetos a la volatilidad. Segundo, pedimos que se mire a los países vulnerables con otra lente: no tiene sentido que los menos adelantados tengan hoy los aranceles más elevados, lo que les empuja hacia una dependencia de las commodities aún mayor. Tercero: que, si bien entendemos que la Organización Mundial del Comercio (OMS) tiene que cambiar porque se han acumulado tensiones y desequilibrios, la mejor manera de avanzar sería acordando un camino.¿Cuál?Primero con un sistema de resolución de controversias, muy importante para la estabilidad del comercio internacional. Segundo, con la plurilateralidad, como así lo llaman ahora: no es necesario un consenso universal, pero sí serían necesarias mayorías cualificadas [para avanzar].¿Cómo el resto pueden obligar a países como Estados Unidos o China?No hay que obligarlos. Si una mayoría cualificada apuesta por un estándar, al final puede ser que tú decidas participar porque es bueno para ti. Ahora la OMC está basada solo en el consenso, pero existen grupos plurilaterales que tratan temas que no se han acordado, como facilitar la inversión. Si hay 140 países que quieren, pues que comiencen a aplicarla y veremos si se establece un estándar en el que luego los demás deciden entrar.Entre el proteccionismo y el liberalismo, ¿quién lleva las de ganar?Siempre he sido muy crítica con que tras la negociación del GATT [el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, antecesor de la OMC] no se terminó de negociar nunca la Ronda de Doha para el Desarollo. Hay que preguntarse si algunas de las reglas del pasado deberían ser revisadas, como la del Acuerdo sobre las Medidas en Materia de Inversiones Relacionadas con el Comercio (TRIMS), por la que los países no pueden imponer a los inversores condiciones en la inversión [exterior] y se les condena a un valor añadido mucho menor al exportar, por ejemplo, minerales en crudo. Los países con minerales críticos tienen razón en cuestionarlo.¿Convivirán proteccionismo y liberalismo?No vamos a tener un sistema puro. En realidad, la OMS tampoco suponía comercio libre para todos. Los países en desarrollo se han quejado sobre los productos agrícolas en Europa. Lo que teníamos es un marco de reglas que hacía previsible el comercio. Tenemos que volver a un marco así porque, si no, la incertidumbre es muy alta y, al final, van a sufrir el comercio y la inversión. Le di el ejemplo de la inversión, pero también está el de la seguridad nacional.¿Dónde está el límite? La seguridad nacional parece invocarse para casi todo.No lo sé, pero hay que negociar ese límite. Y otro ejemplo: la industrialización de muchos países desarrollados a través de los subsidios, pero los países en desarrollo no tienen esa capacidad fiscal. No tenemos reglas sobre eso.Pese a la guerra comercial, el comercio mundial dice la Unctad que sube un 4%.Si le restamos la actividad que se avanzó por la expectativa de subida de aranceles, hablamos del 2,5% o 3%, que está en línea con el crecimiento del PIB mundial. El 40% del comercio mundial viene del Sur global, lo que explica la resiliencia global. El comercio regional se va a reactivar, por ejemplo, el transpacífico. Eso se explica por que el Sur es más prominente, y no solo se debe a China. Es un hecho la multipolaridad, lo que es una opción es si esta va a ser con multilateralismo o que nos lleve a la fragmentación. El primer caso nos permite la promesa de la inclusión y el segundo nos haría perder mucho en crecimiento global.Tras 2025, advierten de que en 2026 no tendrían por qué seguir la tendencia.Sí, porque vemos un problema en la inversión extranjera directa, que sigue muy concentrada en la inteligencia artificial. Se tiene que despejar el panorama para volver a un dinamismo en la inversión. Pero si uno tiene proyectos de inversión, no puede esperar: los realiza o los abandona.O los replantea, como sucedió con inversiones milmilonarias de las farmacéuticas británicas GSK y Astra- Zeneca en EEUU.Tengo dudas de lo que va a pasar. Hemos rebajado la tasa de PIB de EEUU en 2026, pero la hemos subido a Europa, donde vemos fuerzas contradictorias y el resultado final no va a ser tan malo. No obstante, la capacidad de los economistas de proyectar se ha reducido por la incertidumbre de las políticas.¿Europa debe reindustrializarse para no depender de países imprevisibles?Las economías más maduras tratan de avanzar en inteligencia artificial y en servicios -que es lo que más crece en el comercio-, incluida la financiación del comercio. No sé si Europa debería tener más peso en elementos más propios de las economías de frontera... Los servicios, la innovación y la creatividad, que tienen que ver con la marca, la tecnología y las patentes, son más importantes en la valoración de una firma que lo otro.¿Europa solo puede resignarse a quedar en medio?Europa ha estado muy centrada en sí misma, pero empieza a firmar acuerdos de comercio con otros países. Eso le favorece y es un elemento estabilizador. Se dice que Europa queda al margen, pero el mundo necesita a una Europa activa en las negociaciones de la OMC para ser más abierto y flexible.¿Qué oportunidades ve para la economía global?Creo que los servicios y el comercio verde, porque la transición energética ha aumentado su impronta en el comercio. También la inteligencia artificial y la economía creativa. Los cuatro elementos van juntos, no se puede elegir solo uno. Por ejemplo, en los servicios importa cómo se financia el comercio y cuáles son los sistemas de pago.Al contrario, ¿cuál es la principal amenaza que ve?La inestabilidad -que puede ir a más-, que las brechas sigan creciendo, que se fraccionen los sistemas financieros y de comercio... El dólar, en tanto que moneda de pago, sigue siendo muy fuerte, lo que da estabilidad al sistema mundial. Luego el riesgo es que haya sectores que pierdan la confianza en el dólar.¿Realmente existe ese riesgo ahora con el dólar?Hemos observado un declive en el peso del dólar en las reservas internacionales de los bancos, pero no en las otras funciones, donde no vemos ninguna moneda que pueda ser rival. Por ejemplo, las criptomonedas siguen dependiendo del dólar. Entonces, si vamos a tener una economía [nueva] que dependa del dólar y que pueda generar más deuda sin ninguna regulación, eso puede generar riesgos para la economía.Usted ha incidido en que no se afronta otro grave problema: la deuda de los países en desarrollo.Un 40% de la población vive en países donde se paga más por los intereses que por la educación o la salud. La solución se está posponiendo. Se suponía que el problema se podía suavizar por el crecimiento y la bajada de los tipos, pero estos no están llegando. Una solución es reestructurar el calendario, pero otros necesitarán una quita porque el crecimiento no va a ayudar.Usted va a ser candidata a secretaria general de la ONU en 2026. Puso el ejemplo de que la Unctad redujo un 20% su presupuesto y debió ajustar sus funciones a lo importante. ¿Qué propone para la ONU?Ser multilateralista hoy significa ser reformista. No podemos pensar que el mundo cambió y que la ONU no deba hacerlo y siga siendo lo que se negoció en 1945, con 50 países miembro. Hoy tenemos 193. Y segundo, me parece atinado decir que la ONU no surgió para resolver todos los problemas del planeta. La ONU sigue siendo única, pero no está sola. Hoy el mundo tiene más capacidades que en 1945, más actores, más organizaciones regionales, un mejor sector privado... Deberíamos poder usar nuestro poder de convocatoria no para hacer las cosas nosotros, sino para promover que se hagan.¿Cuál debería ser, pues, el papel de la ONU?Crear más partenariados, respetar más las capacidades que están fuera de las Naciones Unidas y usar nuestros recursos para las cosas que somos únicos. Y esto está escrito en el artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas: paz y seguridad. Para que existan ambas se requiere también prevenir y mediar. Y eso tiene que ver con el desarrollo, vinculado con la dignidad de la gente y los derechos humanos.¿Es posible una reforma en la capacidad de veto y del Consejo de Seguridad?Una reforma perfecta del Consejo de Seguridad no la vamos a tener, pero la Carta fue reformada en el pasado, cuando se ampliaron los miembros no permanentes a diez, más los cinco permanentes. El reclamo de África y América Latina por no tener representación en los [órganos] permanentes tiene una base muy lógica. ¿Van a tener poder de veto? No, pero sí cambiaría la dinámica del Consejo de Seguridad.Ha planteado, además, la necesidad de tomar riesgos. Naciones Unidas debe estar más presente en la mediación y la mesa de negociación en paz y seguridad, deberíamos ser mucho mejores. El sistema debería ser más flexible para reaccionar mucho más rápido.¿Piensa en Ucrania?Es un buen ejemplo porque ONU y Turquía lograron el único acuerdo que han realizado Ucrania y Rusia para lograr un corredor de granos...Usted liberó las negociaciones con la parte rusa...Y fue importantísimo. Todo el mundo pensaba solo en la guerra y nadie en la seguridad alimentaria, cuando estábamos a las puertas de una crisis alimentaria global. Logramos bajar en un 23% el precio de los alimentos de la Organización de la Alimentación y la Agricultura (FAO); cada 1% de alza de ese índice son 10 millones de personas más bajo el índice de pobreza.Me refería a que no sé hasta qué punto es Rusia de fiar en unas negociaciones con Putin como presidente.Bueno, nosotros lo hicimos y por un año el acuerdo se mantuvo. Rusia se retiró, pero los mercados se estabilizaron. Mis negociaciones con ellos fueron serias y profesionales.Pero en el terreno militar...... [sin respuesta].Otro gran foco de tensión internacional es Venezuela. ¿Cómo ve una posible intervención de EEUU?Creo que hay un acuerdo mayoritario en América Latina de que una invasión extranjera no es deseable y puede producir una gran inestabilidad, con consecuencias muy graves.Usted ha dicho que en América Latina falta un proyecto integrador y ello es una oportunidad para España. ¿En qué?Hay que agradecer a España su voz constante para que la UE aprobara el acuerdo con Mercosur. Es un excelente ejemplo de cómo todos los países de América Latina, salvo Venezuela y Bolivia, se pueden integrar [en el mundo] a través de Europa.¿Preocupa que China releve a España y EEUU en su influencia en la región?China es el principal socio comercial de casi todos los países de la zona. Es importante lograr una diversificación de mercados; de ahí que Europa deba implementar el acuerdo con Mercosur. China ha elevado su influencia comercial, ha llenado un vacío.¿Cómo se ve la situación de España desde su atalaya?Vi los últimos datos y son muy buenos....El crecimiento del PIB supera al de Francia o Alemania, pero se basa en un aumento de la población por la inmigración y la productividad no sube....Que la situación macroeconómica sea buena no significa que todos los problemas estén solucionados. Sube la conciencia de que hay un problema con la vivienda y el tema de la productividad debe ser afrontado. Es algo que no se consigue automáticamente. España tiene muchas pymes, lo que hace su economía muy inclusiva, pero esas empresas requieren financiación para reconfigurarse. Sigue siendo una tarea importante para el país.La UE prepara una cumbre de alto voltaje que definirá su futuroLa propuesta sobre el cobre de GlencoreOtro aniversario de la Constitución marcado por el enfrentamiento Comentar ÚLTIMA HORA-
02:07
La financiacion de la universidad pública española
-
01:53
Vrro abre restaurante en Nuga Castellana
-
01:47
Félix López (Juguettos): "El bien común debe estar por encima de intereses personales"
-
01:33
Sandton Capital ficha a KPMG para la venta del líder de encofrados Sten
-
01:25
Londres mira el Metro de Madrid para abaratar sus obras