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El presidente hace nuevos gestos a sus socios separatistas y anuncia un abono único de transporte.
El presidente del Gobierno precipitó ayer su tradicional balance del año legislativo, presentado con el pomposo título Cumpliendo, para tratar de recuperar la iniciativa política tras la semana 'horribilis' del PSOE debido a la concatenación de denuncias de presunta corrupción, detenciones de antiguos altos cargos del partido y acusaciones a la dirección de Ferraz de haber ignorado las reiteradas denuncias de abusos por parte de varias mujeres.
Pedro Sánchez trató de restar importancia a estos hechos, defendiendo que su formación ha actuado con contundencia nada más conocer los casos denunciados y que ha colaborado con la Justicia para su esclarecimiento, pero sin aportar pruebas ni anunciar nuevas medidas para evitar que puedan repetirse. Y rechazó la posibilidad de someterse a una cuestión de confianza o de remodelar su gabinete, como le reclamó su socia y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, argumentando que el actual equipo ministerial tiene "energía y determinación" para culminar la legislatura hasta 2027.
Sin embargo, tras escuchar su alocución desde Moncloa, los portavoces parlamentarios de Sumar, ERC, Compromís y Podemos, insistieron en que debe hacer cambios tanto en las personas como en las políticas para mantener su apoyo. No obstante, el presidente hizo varios gestos para contentar a los partidos que votaron su investidura, como comunicar una inminente reunión con Oriol Junqueras, el líder de ERC al que indultó en 2021 y sobre el que aún pesa la pena de inhabilitación para ejercer cargo público hasta 2031 que le impuso el Tribunal Supremo como cabecilla del procés, además de anunciar la próxima publicación de las balanzas fiscales (que miden la diferencia entre lo que recauda el Estado e invierte en cada región) con arreglo a la metodología exigida por los separatistas de Junts para sostener su discurso victimista de una supuesta infrafinanciación de Cataluña.
Sánchez es consciente de que sin los votos del partido dirigido desde Waterloo por el prófugo de la Justicia Carles Puigdemont no puede aprobar ninguna iniciativa legislativa de calado, menos aún los Presupuestos del Estado para 2026. Por eso, anunció una nueva dádiva populista, en forma de abono único de transportes válido en toda España, proclamando que por medidas como ésta "a los españoles les renta este Gobierno". Una afirmación tan alejada de la realidad como su optimista balance del año político al que aún le restan quince días.
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