En el PSPV-PSOE hay quien recuerda estos días -no sin cierta ironía- que Rebeca Torró montó en cólera el día que Carlos Mazón le guiñó un ojo en las Cortes Valencianas cuando acabó su intervención. La ex portavoz socialista elevó el tono contra el entonces presidente de la Generalitat por lo que consideró una falta de respeto hacia ella como mujer y un caso claro de machismo. ¿Cómo es posible entonces que la misma persona que denunciaba el «micromachismo» de un guiño sea hoy la que haya demostrado su incapacidad para gestionar en el PSOE el caso Salazar? O, como mínimo, su «desinterés», según fuentes del PSPV.
En la federación socialista valenciana a la que pertenece la actual secretaria de Organización del PSOE no dan crédito a lo ocurrido con las denuncias de acoso sexual contra el ex asesor de Moncloa. Nadie se atreve a señalar abiertamente a Torró como encubridora de unas denuncias que han estallado al PSOE y al Gobierno en el momento más inoportuno, si bien las voces críticas a su gestión salen incluso de la Comisión Ejecutiva Nacional del PSPV.
Las fuentes valencianas consultadas lamentan la «desidia» e incluso la «incompetencia» de Torró a la hora de abordar el caso Salazar, un tiro en el pie de un partido que ha hecho bandera del feminismo y que, sin embargo, tardó meses en ponerse en contacto con las víctimas. En el PSPV, sin embargo, no se cree que Torró ocultara deliberadamente esas denuncias de presunto acoso sexual.
Pero quienes conocen bien la trayectoria de Torró apuntan a su estrecha relación con Salazar «desde hace años» como uno de los motivos que habrían llevado a la dirigente socialista a «no actuar». Otras fuentes hablan directamente de la amistad entre ambos, ya que la propia Torró ascendió a la Secretaría de Organización del PSOE de la mano de Salazar para relevar a Santos Cerdán cuando este cayó en desgracia. La llegada de una mujer a la cúpula del partido, de hecho, pretendía contrarrestar el escándalo por los comentarios denigrantes hacia las mujeres del ex ministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García, grabados repartiéndose prostitutas.
«Es improbable que hubiera querido tapar las denuncias. Como estrategia sería ridícula, porque las víctimas sólo tenían que levantar un teléfono para denunciarlo ante los medios de comunicación», razona una dirigente socialista sobre la actuación de Torró, que no niega que «ha cometido un grave error».
Aun así, las fuentes consultadas critican las explicaciones dadas por el partido... y el silencio de Torró: «No parece que sea muy difícil investigar un caso donde lo único que hay que hacer es hablar con las víctimas y luego con el presunto agresor». Es incomprensible, insisten, que se haya tardado cinco meses en actuar frente a las denuncias.
«Si algo ha quedado claro con Torró es que el cargo le queda grande», subraya otra fuente, que tampoco cree que la secretaria de Organización haya maniobrado para tapar las denuncias: «Rebeca es una persona muy leal al partido, de disciplina militar. No es que haya tapado nada, pero si no le piden que investigue a Salazar, no lo hace».
A quien por el contrario se defiende en el PSPV es a Pilar Bernabé, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana y secretaria de Igualdad en el PSOE. «Al menos tira del carro», afirman fuentes socialistas, a pesar de que contra ella se ha lanzado especialmente el PP. La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, decía ayer que le avergonzaba su «silencio bochornoso».
Precisamente por eso hay quien se lamenta de que sean las socialistas las que tengan que dar la cara: «Quiero ver a los hombres del partido. Las mujeres no somos las que nos vamos de putas o acosamos y, sin embargo, somos las que pedimos perdón y tenemos que dar explicaciones».